A todos nos encantan las flores, somos sensibles a su belleza natural, por lo que resulta especialmente atractivo que se incorporen a la decoración de nuestro hogar, como un elemento más a la hora de crear un ambiente que puede variar según las estaciones del año.
Podemos formar adornos basados en la forma y en el color de las flores, tallos y hojas, así como en el propio envase y el fondo del lugar elegido para situar el arreglo. El equilibrio crea estabilidad y compensa armónicamente, especialmente si las colocamos en jarrones decorativos.
Las flores de más bonitas son las que se suelen utilizar para arreglos florales, entre las más destacadas encontramos el ciruelo, el lirio, el gladiolo y otras del mismo corte. Mientras que las más bellas para realizar adornos específicos para mesas son los crisantemos, los claveles, las rosas, las peonías, las lilas o las zinnias entre muchas otras.
Las flores que poseen un tallo más alto se colocarán al nivel de la vista. El fondo sobre el que destaquen deberá ser liso, para que así los colores puedan destacar. No debemos olvidar tanto el uso, como las características, el estilo y la armonización cromática de la habitación. Por ejemplo, unas flores humildes no armonizarán en un salón lujoso, ni unas flores exóticas hacen juego con una habitación sencilla.
Cualquier jarrón o recipiente puede ser perfecto para contener un adorno floral, pero puede que no resulte el adecuado para todas las flores o para una mezcla de las mismas. Las flores de tallo alto precisan vasos de forma alargada, mientras que las de tallo corto necesitan recipientes más bajos y anchos. Recuerda que los jarrones pueden ser muy elegantes en cualquier decoración pero sus formas deben ser sencillas y sus colores suaves, para no restar protagonismo a los floreros.