Existen distintas propuestas de decoración que tienen puntos en común. Por ejemplo, la decoración de estilo nórdico y la esencia minimalista. Sin embargo, cada corriente decorativa tiene sus matices. Razón por la que sus puntos principales no son convertibles de manera absoluta a modo de causa y efecto. ¿Cuáles son las diferencias entre nórdico y minimalista? En este artículo en Decorablog reflexionamos sobre esta cuestión.

Origen diferente

Para conocer en profundidad una corriente decorativa también es posible atender a sus orígenes. En el caso concreto de la decoración nórdica, estos orígenes se contextualizan en un escenario escandinavo como una respuesta con la que incrementar las condiciones de luminosidad en la vivienda. Por tanto, el origen de esta corriente se contextualiza en un marco ambiental con una connotación muy particular. Por el contrario, la corriente minimalista cobra fuerza en Nueva York en la década de los 60. Una expresión artística que pone en valor lo esencial frente a cualquier tipo de elemento accesorio.

Sin embargo, una de las razones por las que más allá de su origen diferente, en el lenguaje coloquial con frecuencia podemos confundir ambas opciones es porque han evolucionado en una dirección que integra elementos comunes. Por ejemplo, la utilización de tejidos similares. En esencia, la estética nórdica ha actualizado el minimalismo en su base. Muchas marcas apuestan por un producto alineado con este concepto de sencillez y de luz que conquista a las nuevas generaciones.

Ambas corrientes también comparten una misma gama cromática de colores claros que multiplican la luz desde el interior.

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El estilo nórdico puede no ser minimalista

Otra de las razones por las que ambas corrientes pueden ser totalmente distintas hasta el punto de no encontrar la sencillez minimalista en una casa nórdica es la versión maximalista de esta propuesta. Un giro con mucho encanto que lleva hasta este escenario la fórmula «más es más» al crear un lugar recargado pero acogedor. Es decir, un lugar en el que apetece estar y disfrutar del calor del hogar. Un estilo nórdico maximalista no es especialmente aconsejado para casas pequeñas en las que este intertiorismo puede producir el efecto de saturación y de falta de espacio.

Por tanto, otra de las diferencias entre estilo nórdico y minimalismo es que allí donde se encuentra el primero no siempre está el segundo. De este modo, quienes desean evitar la sobriedad y la austeridad propia de este concepto, pueden decantarse más por su manifestación maximalista en el mobiliario, los acabados y las texturas.

Objetos decorativos

Otra de las diferencias observables entre ambas corrientes es que el minimalismo también prescinde en lo posible del uso de elementos decorativos que se consideran secundarios y, por tanto, accidentales. Esta recarga ornamental rompe con la premisa de un espacio básico definido por líneas rectas. Por el contrario, los elementos decorativos pueden completar la belleza de una casa nórdica en la que estas piezas matizan y definen la interpretación de ese lugar.

Por tanto, mientras que en el espacio minimalista es posible prescindir de este tipo de sorpresas, por el contrario, el minimalismo integra ese concepto decorativo a la perfección. Los detalles importan como forma de personalización nórdica mientras que en un hogar minimalista el centro de la belleza recae en el diseño puro y en sus líneas.
Más allá de la diferencia entre ambas propuestas, sus puntos en común también son evidentes.

De hecho, el estilo nórdico actual refleja la evolución natural que ha seguido el interiorismo hasta nuestros días gracias a la reinterpretación de esta mirada particular.

¿Qué propuesta te gusta más para ambientar tu casa a partir de tu propio criterio individual?

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