El propietario de esta estantería Expedit, un mueble archiconocido entre prácticamente todos usuarios de Ikea, adquirió el mueble para poner un poco de orden en su cocina. La idea es buena, ya que en realidad se trata de una estantería y utilizarlo para una estancia en la que no es habitual su presencia suponía una vuelta de tuerca a la decoración tradicional.
El problema vino cuando lo llenó con todo lo que tenía para guardar: entonces se dio cuenta de que había muchas cosas que no quedaban bien a la vista, y la sensación que daba el mueble era de caos… ¿Queréis saber cómo solucionó el problema?
Muy sencillo: mediante el socorrido bricolaje. La idea es colocar una serie de puertas de distintos materiales y colores, y así cerrar algunos compartimentos de la estantería Expedit para guardar en ellos todo lo que no queremos que quede a la vista. Lo que tenéis que hacer para conseguir un efecto igual de bonito es comprar unas tablas de madera o DM con el mismo grosor que las piezas de la estantería y poneros manos a la obra.
Para colocar estas puertas necesitaréis unas bisagras de cazoleta (dos por puerta), una broca para bisagras del diámetro de éstas, pintura negra (o pintura de pizarra, que puede convertir vuestras puertas en el mejor lugar para la lista de la compra), barniz incoloro y una sierra de calar. En primer lugar mediremos el tamaño de las puertas, dependiendo si vamos a cerrar un compartimento o varios. Lo mejor es combinar distintos tamaños para crear un efecto dinámico y elegante.
Después, taladrad el interior de las puertas con la broca para bisagras, haciendo un agujero ciego (que no traspase la madera) para encastrarlas. Luego hay que atornillar la parte que va a la puerta y después fijar la que va al mueble, y terminar ensamblando ambas partes para después regularlas en altura y separación. Antes de colocarlas es mejor que las dejéis pintadas o barnizadas. Un consejo: quedan muy bien si sobresalen del mueble, como en el ejemplo de las fotos, y además son más fáciles de poner.