El rumor del agua y las plantas acuáticas son verdaderas joyas para cualquier jardín que se precie. Pero no solo para jardines: las terrazas, los patios e incluso los balcones también pueden beneficiarse mucho de la instalación de estanques. Los estanques dan mucha vida a las zonas de exterior, y además refrescan los ambientes.
Por otra parte, ofrecen la posibilidad de incluir en nuestro jardín o terraza la presencia de atractivas plantas de agua e incluso de pequeños peces, que mantendrán el estanque limpio de insectos y larvas.
En el jardín, sobre gravilla
Los estanques más cómodos de instalar y de mantener son los que se realizan con cubetas de poliéster. Los podéis encontrar en centros de bricolaje y viveros. Son muy resistentes y los hay de todos los tamaños; para colocarlos, basta con cavar un amplio agujero en el terreno, colocar una cama de gravilla para asentar el estanque y que drene el agua que pudiera caer, y rellenar el resto del hoyo con tierra. Podéis completar el conjunto añadiendo un surtidor con bomba incorporada, que aportará un encantador murmullo al jardín y llenará el agua de oxígeno.
Filtros: Buena idea
Si queréis poner el estanque en la terraza o el balcón, podéis hacerlo en un cubo o maceta de plástico resistente, o comprar un estanque prefabricado específico. Como el agua no se renovará, es importante que periódicamente lo vaciéis y volváis a llenar con agua limpia. Mejor aún: este problema os lo quitaréis de encima si colocáis dentro del estanque un filtro motorizado que mantendrá el agua en perfecto estado. En el fondo conviene colocar una capa de guijarros especiales para este tipo de instalaciones, que también podéis encontrar en los viveros. En cuanto a dónde colocarlos, lo mejor es buscar un rincón luminoso pero donde no dé la luz del sol de forma directa.