Por lo general, en las revistas, blogs y webs sobre decoración (y Decorablog no iba a ser menos) tenemos la costumbre de aconsejar a nuestros lectores y navegantes pintar los techos de las habitaciones de blanco. Esto se suele hacer si las paredes (todas o alguna de ellas) van decoradas con colores fuertes u oscuros, si las estancias son poco luminosas o si los techos son bajos. Pero no siempre es adecuado dejar los techos así: a veces se puede añadir interés estético a una habitación decorando los techos de forma que llamen la atención.
Una opción es pintarlos de colores intensos o llamativos. Si colocamos molduras blancas a su alrededor, les daremos un toque muy atractivo y elegante, y aligeraremos la pesadez de los tonos fuertes. Pero otra buena idea es empapelarlos de manera que destaquen sobre el resto del ambiente.
Un techo “de metal”
En la primera imagen, que a mí personalmente me encanta, el techo se ha revestido con un papel metalizado y estampado en relieve. Es perfecto para el ambiente que se respira en la estancia, estilo urbano y retro y, al parecer, dedicado a la estética vintage de la publicidad de la marca Coca-Cola. Como podéis ver, las paredes se han dejado blancas para evitar que cobren demasiado protagonismo y generen una sensación agobiante. Si no encontráis un papel como éste, podéis empapelar el techo con un revestimiento con relieve y luego pintarlo con pintura plateada.
Motivos geométricos y armonía de color
Esta segunda propuesta es mucho más clásica, pero respira armonía y elegancia por los cuatro costados. Fijaos qué bien se han coordinado las superficies y los colores: un papel pintado con motivos geométricos en azul, gris y blanco para el techo, combinado con paredes en los mismos tonos de azul y gris, y molduras blancas. Un acierto total. El ventilador de estilo industrial, con aspas de metacrilato, transparente aporta un toque moderno y chic a la habitación.
Hermoso