Elegir el cuadro perfecto para el salón es algo que muchas personas consideran que es fundamental. Sin embargo, no es sencillo decantarse por uno de los muchísimos modelos que inundan las tiendas de medio mundo. Hay que elegir el tamaño, el material y, lo más importante, el diseño.
Los colores y el marco deben ir a juego con el resto de la decoración del salón. Los cuadros con dimensiones grandes y oscuros pueden restar luz a tu espacio, por lo que es recomendable que te decantes por tonos suaves. Además, siempre tiene que menos ancho que el sofá, pues de esta forma no estará restándole protagonismo.
Por último, tienes que tener muy en cuenta los bordes. Un buen cuadro nunca tiene que tener sus bordes cerca del techo o de un mueble. Lo más recomendable es situarlo unos 15 o 20 centímetros por encima o por debajo de estos, con la separación suficiente para que se mezcle de una forma armoniosa en el ambiente.
Como diseños, podemos recomendarte los típicos cuadros en blanco y negro de ciudades tan importantes como Nueva York o París. También puedes decantarte por cuadros más animados sobre animales o sobre paisajes idílicos. Por último siempre existe la opción budista y la más abstracta, con figuras que no siguen un patrón simétrico.