Hace unos minutos os he mostrado una cocina colorida bastante atípica. Estoy seguro que habrá despertado en vosotros opiniones muy distintas. A algunos le habrá parecido horrible, mientras que otros habrán pensado que les gustaría tener una como esa. Sea como sea, lo que es indudable es que los colores son muy necesarios en la decoración, forman parte de nuestras vidas y sirven para aportarnos esa energía que por culpa del estrés y los malos hábitos vamos perdiendo día a día.
Los efectos del color sobre la percepción son asombrosos, pueden afectar a los sentimientos e incluso a la interacción entre las personas. Los colores son capaces de evocar recuerdos y pensamientos, haciendo que pasemos por diferentes estados de ánimo en cuestión de segundos. Evidentemente, en el dormitorio normalmente hay que decantarse por colores muy tranquilos, lo cual no significa que no puedan existir muebles y complementos con un toque de color.
Yo siempre he sido un defensor de las combinaciones en blanco y negro. Pienso que se puede lograr la elegancia y el minimalismo que todos hemos buscado alguna vez en la vida. Sin embargo, las estancias tienen que tener personalidad y por ello hay que dotarlas de colores tan vivios como aparecen en las imágenes. Si bien no hay que empapelarlas de combinaciones tan atrevidas como son las multicolor, sí hay que arriesgar un poco para renovarse. Ya sabéis, como sucede con la moda, en la decoración hay que renovarse o morir.