El Jardín Majorelle de Marrakech recibe a los turistas con una explosión de color y una exuberante naturaleza que tiñe de un exótico verde el paisaje. Una primera impresión inmejorable cuya arquitectura y decoración cautivan a los viajeros.
¿Quieres conocer mejor este mágico escenario marroquí? El jardín fue obra del pintor Jacques Majorelle. En la actualidad, un oasis de un irresistible azul eléctrico que mezcla estilo art decó y detalles de inspiración árabe.
Art decó, arquitectura árabe y vegetación exótica
Localizado en la ciudad de Marrakech (Marruecos), el jardín fue diseñado por el artista expatriado francés Jacques Majorelle en 1924, coincidiendo con el periodo colonial en el que Marruecos estaba bajo administración francesa.
El pintor cayó enamorado de la medina, de sus colores, de su arquitectura, de su cultura, de sus gentes… Así que decidió instalarse aquí. Compró una finca de palmeras y pidió al arquitecto Paul Sinoir que le ayudara a construir una vivienda de estilo art decó, que estuviera inspirada en Le Corbusier y en el Palacio de la Bahía de Marrakech.
Gran amante de la botánica, el pintor francés Jacques Majorelle creó un espléndido jardín botánico alrededor de su chalet. Un jardín con varios ambientes y una exuberante vegetación, donde anidan cientos de pájaros. De hecho, el jardín puede considerarse como una obra de arte viva, del propio pintor francés.
Plantas exóticas, hermosas fuentes, pérgolas, alamedas, chorros de agua y especies raras que Jacques Majorelle trajo de sus muchos viajes alrededor del mundo conviven en este exótico escenario en perfecta armonía. Por citar algunas de ellas, en este jardín es posible encontrar cactus, yuccas, nenúfares, nympheas, jazmines, bougainvilleas, palmeras, cocoteros, bananeros, bambús…
Azul Majorelle
Tras abrirnos paso entre la exuberante y frondosa vegetación que nos recibe nada más entrar en el Jardín Majorelle, nos deslumbramos con el espectacular edificio de estilo art decó en el que se aprecian influencias de la arquitectura árabe. ¿El resultado? Una fusión de estilos de sobrecogedora belleza.
Fue en 1937 cuando el artista francés decidió crear un azul ultramar, intenso a la vez que claro, que fue bautizado con el nombre de azul Majorelle. Un color con el que pintó las paredes de su chalet para destacar su obra en medio de tanta vegetación. La sobresaliente combinación del azul Majorelle del edificio y el verde intenso de la vegetación crea un contraste ideal que enamora a los turistas.
El jardín abrió por fin sus puertas al público en 1947 para deleite de los amantes de la naturaleza y de la arquitectura. Y es que el Jardín Majorelle es una obra de arte en sí misma. Un cuadro vivo esculpido por el artista francés.
Jardín botánico y museo de arte islámico
Sin embargo, tras sufrir un accidente de coche, Majorelle regresó a París y desapareció por completo de la vida pública, abandonando su hermosa obra. El jardín volvió a abrir sus puertas en 1980, gracias al diseñador de moda Yves Saint-Laurent y su pareja, quienes adquirieron el chalet y el jardín y comenzaron el proyecto de restauración.
Un proyecto que supuso también una notable mejoría, ya que se incrementó el número de especies vegetales de 135 a 300. Pero, en esencia, nada ha cambiado en este chalet. Se conserva la vivienda para uso privado y se transformó el taller del pintor en el Museo de arte islámico de Marrakech.
Un museo abierto al público en el que exponen su colección personal de objetos de arte islámico del Magreb, Oriente Medio, África y Asia. Desde joyas hasta armas, textiles, alfarería, cerámicas arabescas, dibujos del artista y mucho más.
Así que, además de un jardín botánico, esta villa es una joya de la arquitectura, del arte, de la historia y de la cultura. ¿Qué te parece el Jardín Majorelle?