En los últimos años la forja ha vuelto con más fuerza que nunca, gracias, entre otras cosas, a que ha sabido adaptarse a las nuevas tendencias decorativas. De hecho, ahora ya no solo combina con el estilo romántico y rústico, sino que es ideal para los ambientes vintage y retro. Así, sillas, ventanas, mesas, escaleras, camas y todo tipo de muebles pueden convertirse en piezas claves de la decoración gracias a la forja.
La forja es un proceso de conformado por deformación que puede realizarse en caliente o en frío y en el que la deformación del material se produce por la aplicación de fuerzas de comprensión. Lo normal es que se emplee para dar unas propiedades al metal y conseguir una forma determinada. Desde luego, decorar con forja tiene múltiples ventajas.
Un material resistente
Sin duda, una de las mayores ventajas de decorar con forja es que este material es muy resistente, lo que nos asegura que las piezas perdurarán en el tiempo. Por eso, es importante escoger bien qué tipo de mueble forjado quieres para las distintas estancias.
Una gran evolución
Por supuesto, durante los últimos tiempos la forja ha sufrido una evolución importante. Así que si hasta ahora solo se utilizaban tonos naturales, negros o envejecidos, hoy en día pueden encontrarse piezas forjadas en una gran variedad de colores y todo gracias a los diferentes tratamientos que se les puede aplicar: esmaltes de poliuretano, lacados al horno, oxidación mediante ácido, neutralizados, barnizados…
Además, hoy en día no hace falta que nos conformemos con las líneas simples y rectas. Los motivos florales y geométricos, entre otros, son algunas de las opciones a elegir para darle personalidad a los diferentes ambientes.