El Arte es una parte indispensable de nuestra cultura y, gracias a su extensa variedad de estilos, todos encontramos algo que nos guste, nos apasione y nos emocione. Pero, normalmente, las piezas de arte, ya sea en forma de cuadros, esculturas o, incluso, mobiliario, suelen ser prohibitivas y no podemos integrarlas en nuestra decoración.
Hasta ahora. He descubierto algunas ideas de arte decorativo o, mejor dicho, piezas de arte, sobre todo cuadros, plasmadas en piezas decorativas bastante más asequibles y que dan un carácter único a nuestro hogar.
Arte que no es arte
¿Por qué digo esto? La razón es sencilla: se trata de inspirarse en piezas de arte famosas e integrarlas en elementos decorativos habituales, como por ejemplo unas cortinas, los cojines del salón o una funda nórdica.
Es una tendencia que está despuntando y cada vez más encontramos este tipo de productos, normalmente con una estética pop-art, aunque el arte barroco también empieza a abrirse paso. Buena muestra de ello es la propuesta de Zara Home de vestir sus cojines con retratos de época.
Puedes optar por unos estores inspirados en el famoso retrato de Marilyn firmado por Warhol o un lienzo de Klimt, algo más tradicional pero que nos permite colgar en nuestras paredes una pequeña obra de arte. También puedes pensar en una alfombra inspirada en Mondrian o en un reloj que emule el famoso cuadro de Dalí.
El arte no sólo está en los museos y puede dar un toque muy especial a nuestro hogar al tomar la forma de estos objetos decorativos tan mundanos. Por último, un detalle sorprendente que puedes buscar es una funda nórdica inspirada en las famosas viñetas pop-art. Con unas pocas pinceladas tu casa será única.