Seguro que a estas alturas estás harto de oír hablar de minimalismo. Si la filosofía “menos es más” no va contigo, la tendencia que te presentamos hoy en Decorablog seguro que te convence.
Lo último en decoración es el estilo maximalista. Es decir, cuando nunca es suficiente. Ahora bien, ¿se puede ser maximalista y tener la casa decorada con buen gusto? La respuesta es que sí. Nosotros te contamos cómo.
Nunca es demasiado
Ya se sabe que en cuestión de gustos no hay escrito. Por eso, el estilo maximalista puede ser la tendencia que muchas personas están buscando para decorar su casa. Ahora bien, antes de empezar a decorar hay que tener en cuenta algunas claves básicas que definen a este estilo.
Si la filosofía minimalista nos dice que vivamos con lo justo y necesario, el maximalismo por el contrario afirma que “nunca es suficiente”. Aunque esto no quiere decir que tengamos que recargar la decoración. En otras palabras, podemos decorar la casa con infinidad de detalles pero dejando espacio libre entre los muebles y accesorios.
Inspiración barroca
A nivel estético, el maximalismo apuesta por la decoración barroca que es una poderosa fuente de inspiración. Elementos suntuosos y ricos estampados encuentran en la estética barroca al aliado perfecto del look maximalista.
Detalles dorados, rosetones de escayola, espejos XL enmarcados, chimeneas de mármol, esculturas antiguas… Todos estos detalles enriquecen la decoración maximalista y se combinan a la vez de piezas más contemporáneas y básicas para lograr así un cierto equilibrio estético.
Las mezclas enriquecen
Por supuesto, las mezclas tampoco faltan en los interiores maximalistas donde hay sitio para detalles de todo tipo. Triunfan sobre todo las composiciones de color, especialmente en tonos intensos y llamativos que contribuyen a decorar ambientes profundamente sofisticados, con un cierto toque dramático.
Los estampados también cobran un protagonismo especial en los interiores maximalistas. Por supuesto, prints barrocos, clásicos y con un cierto toque antiguo que crean texturas irresistibles y muy elegantes. El broche final viene a cargo de los textiles, como la seda, el satén y el terciopelo que abrigan la casa y elevan el estilo decorativo.
Mezclar textiles, colores llamativos y estampados hace que los ambientes resulten mucho más acogedores y cálidos. Un buen ejemplo de ello sería un salón decorado con suntuosas cortinas de terciopelo, un sofá de cuero y cojines en algodón satinado.
Las paredes hablan
El look maximalista tampoco se olvida de las paredes que juegan un papel muy importante. Las paredes se llenan de ricos detalles tales como molduras, cuadros, pinturas de arte y hasta tapices que suman calidez y confort a la decoración.
Otra de las claves del maximalismo es que estos espacios tienen mucha vida. lo demuestran las colecciones de libros que decoran las grandes estanterías y librerías que son frecuentes en este estilo decorativo. Un detalle cultural que da vida y enriquece la decoración, logrando así interiores confortables en los que realmente apetece vivir.
Naturaleza interior
La naturaleza también se cuela en estas viviendas a través de bonitos arreglos florales que contribuyen a dar color y refrescar las habitaciones. El truco está combinar diferentes tipos de flores, en distintas tonalidades, presentadas en bonitos jarrones y recipientes.
Luz y más luz
Por último, no hay que olvidarse de la iluminación. El toque definitivo para lograr una decoración maximalista. ¿Dos piezas de iluminación clave en estilo estilo? Los candelabros antiguos y las lámparas de cristal (tipo chandelier o con base de cristal transparente). Incluso podemos optar por fuentes de luz duplicadas, por ejemplo, dos lámparas de sobremesa idénticas sobre la consola en el recibidor.
Artículo recomendado: Decoración de estilo barroco