Los espejos son un elemento decorativo recurrente y muy funcional. Podemos encontrar espejos de tantos estilos diferentes que es casi imposible no dar uno que encaje con nuestro carácter y el personalidad de nuestro hogar. Además, con el DIY, crear espejos es una opción económica y que puede hacer que un espacio pequeño se multiplique.
Espacios pequeños, soluciones grandes
No importa el lugar de la casa que quieras «agrandar«, con sólo poner un espejo en un punto estratégico conseguirás que el espacio parezca el doble de grande, sólo tienes que elegir un espejo XL y decorar el espacio con algún detalle más para que no sea excesivo.
Es importante escoger la forma adecuada para que el efecto sea el que queremos conseguir. Los espejos rectangulares suelen ser los más acertados y sirven para cualquier espacio. Por ejemplo, en un recibidor, en una habitación como cabecero de cama o en un salón justo al lado de la mesa de comedor hará que el espacio se abra. También puede usarse en el baño e incluso en la cocina.
Si no tenemos una superficie de pared suficiente, podemos optar por un espejo redondo. Aunque el efecto será un poco diferente, más ovalado, funcionará igual. Para habitaciones y baños una buena idea es un espejo de pie que hará la doble función de ampliar espacio y permitir que nos veamos de cuerpo entero.
Marcos para todos los gustos
Lo que quieras seguro que existe. Si los espejos barrocos estaban de última moda en espacios minimalistas, los de madera esculpida también tienen su espacio y los de líneas más clásicas son perfectos para que lo que llame nuestra atención sea el nuevo espacio y no el espejo.
Si no tienes problemas de espacio pero quieres incorporar este elemento decorativo, prueba con un mural de espejos de diferentes tamaños, estilos y formas. Combinados con una decoración sencilla darán un toque muy personal a tu casa.