No a todo el mundo le gusta, pero la verdad es que en según qué casas o espacios es un tipo de decoración que realza el carácter y el acento de las estancias. Ahora que hay una cierta vuelta a la decoración tradicional, se puede adaptar el estilo más barroco a lugares modernos y minimalistas haciendo del mix de estilos un must.
El barroco presenta unas líneas muy definidas, unas formas muy concretas y una estética sumamente reconocible que no deja indiferente: o encanta o no gusta nada. ¿Tú qué opinas?
Decoración extravagante
El exceso se asocia con este estilo muy propio de épocas ostentosas durante las cuales el más era más. Espacios recargados, materiales muy trabajados y mucho dorado son algunas de las premisas de esta línea de decoración.
Lo cierto es que en algunos espacios encaja e, incluso en su versión total puede resultar atractiva. Pero, hoy en día que vivimos en espacios cada vez más reducidos, creo que lo mejor es optar por detalles barrocos combinados con espacios puros y simples.
El mobiliario es una opción que funciona. Una butaca con las patas moldeadas y tapizado estampado, una cómoda en madera maciza con un sobre de mármol o una lámpara de araña combinarán a la perfección con muebles de líneas simples, tonos neutros y una estética minimal.
Los textiles también son una buena manera de introducir un toque barroco en tu hogar: utilizar un papel pintado con un estampado característico, unas cortinas pesadas en tonos pastel o una alfombra al más puro estilo María Antonieta aportarán un aire antiguo.
Además, los objetos decorativos pequeños son perfectos si quieres dar un toque muy puntual. Por ejemplo un candelabro en la cocina, un espejo en el recibidor o una figurita en tono dorado en el baño o la habitación marcarán la diferencia.