Como seguro que habéis oído más de una vez, todo vuelve y, aunque el minimalismo y la modernidad son un tendencia en alza, la verdad es que cada vez más volvemos a lo antiguo, a lo que nos recuerda a nuestras abuelas y a la tradición. Hoy os traigo una idea para llenar vuestro hogar de romanticismo: decorar con crochet.
El textil es sumamente importante en cualquier hogar, no sólo decora y da color, también aporta calidez y algo que pocos objetos decorativos y piezas de mobiliario hacen: hace de una casa un hogar.
Romanticismo puro
El crochet, o ganchillo, es una labro artesanal que utiliza lana o hilo para tejer labores mediante una aguja específica, la aguja de crochet. Los primeros patrones se publicaron en una revista alemana en 1824 y, desde entonces, se ha convertido en una artesanía.
Hoy en día, el crochet transporta a la época victoriana y se asocia con un estilo romántico y muy femenino. Aunque encaje con estilos y decoraciones muy concretas, el crochet empieza a abrirse paso como una manera muy personal y artesanal de decorar espacios.
Hazlo tu mismo
El crochet, aparte de dar juego con las texturas, también permite poner tu firma personal en tu propia casa. El hogar se viste con la textura rugosa y calada del crochet en cojines, caminos de mesa y manteles.
Puedes hacerlo todo con tus propias manos. Empieza por algo sencillo para acabar tejiendo tu propia manta que,a demás de hacerte sentir muy orgulloso de tus habilidades, será perfecta para decorar tu salón, sobre el sofá, o como colcha de tu cama.
Añade a los cojines o a los manteles puntas de ganchillo, para atenuar el efecto. Si no te ves capaz o no tienes tiempo, puedes adquirir puntillas de crochet en mercadillos, mercerías y tiendas especializadas. No dejes de visitar Zara_Home, dónde encontrarás todo lo que necesitas para dar a tu casa ese toque romántico.