Una de las características que define la esencia de una casa es el espacio disponible en metros cuadrados. La amplitud es un objetivo deseable para aquellas personas que seleccionan un domicilio poniendo el foco de atención en esta premisa. Sin embargo, una casa no es estéticamente bonita por el simple hecho de ser amplia. La decoración y el interiorismo de ese lugar no están exentos de errores que pueden arruinar las fortalezas visuales de esa vivienda y evidenciar lo desaciertos en el conjunto. ¿Cuáles son los fallos habituales de decoración? En este artículo enumeramos algunos ejemplos que se repiten en distintas circunstancias.
Decoración recargada
Al ser una casa grande, parece que siempre hay espacio para añadir algún detalle más. Y esto produce una saturación visual o una falta de coherencia entre los elementos presentes en el salón. La decoración recargada también consigue que compras que son estéticamente bonitas, no tengan el protagonismo deseado en el lugar ante esta circunstancia.
Cuando estás viviendo la motivación de actualizar tu casa por medio de una reforma total o parcial, la necesidad de elegir es una constante.
Y cada vez que realizas una elección, priorizas ese propósito específico frente a otros posibles. Por tanto, la realidad de una casa grande es que las características del lugar también hacen que sea necesario concretar y descartar otras sugerencias.
Un error habitual en la decoración de una casa grande es convertir el espacio en un fin en sí mismo, en un todo absoluto. Cuando en realidad, el espacio disponible es un medio.
Obstaculizar el paso de la luz
Este hecho es una consecuencia del punto anterior. Cuando la decoración cae en el exceso cuantitativo de adornos, muebles y complementos, este efecto óptico puede condicionar un elemento tan imprescindible como el paso de la luz a través de las ventanas. La luz natural es uno de los recursos de belleza y bienestar más importantes en el interior de una vivienda. De ahí que esta consecuencia sea tan negativa en sí misma. No solo en el análisis espacial del lugar, sino también en la esfera de la dimensión emocional.
Es recomendable aprovechar la decoración en altura en aquellos puntos propicios para ello, sin embargo, conviene estudiar las circunstancias de luz del lugar para tomar decisiones que aporten equilibrio y armonía.
Una casa bonita pero poco práctica para el día a día
Esta es otra de las consecuencias que puede derivarse del contexto de un hogar amplio en metros que desde el punto de vista visual resulta espectacular por cómo está decorado, sin embargo, puede ocurrir que esa belleza no esté alineada con la visión de una casa práctica pensada para el uso diario. Es entonces cuando el espacio puede tornarse incómodo para quienes viven en él.
El espacio disponible en una vivienda no debe desvincularse de la mirada del escenario de la vida cuya esencia no se mide en metros sino en hábitos, necesidades, estilo de vida, objetivos y circunstancias. Por tanto, para sacar el máximo partido a una casa grande o pequeña, es recomendable hacer una composición de lugar alineada con la visión familiar.
Falta de dirección
Esta ausencia de dirección en la decoración puede observarse a través de un resultado que no es fruto de la planificación en torno al punto de partida y la meta deseada, sino la consecuencia de acciones improvisadas que reflejan esta incoherencia sistematizada en la imagen observable. Por ejemplo, en una estancia falta un elemento protagonista que centra la atención de quienes acceden al lugar.
A partir de esta pérdida de dirección se confunde aquello que es prioritario o secundario en una casa.