El salón es una de las estancias de la casa en la que más nos centramos a la hora de pensar en la decoración. De hecho, yo diría que es en la que más molestias nos tomamos y donde más detallistas somos, ya que no solo pasaremos mucho tiempo ahí sino que cuando tengamos visitas será la parte de nuestro hogar en la que más tiempo pasen.
Es por eso que tenemos que elegir concienzudamente todo aquello que vayamos a poner en el salón, especialmente si son elementos decorativos. Y entre las muchas cosas con las que puedes decorar el salón están los cuadros, así que hoy me centraré en eso, concretamente en los cuadros grandes, que se convertirán en protagonistas de tu salón y los objetos que más miradas atraerán cuando recibas invitados.
Las paredes siempre suelen estar libres de objetos y mobiliario, así que es el espacio perfecto para colocar cosas que realmente llamen la atención. El lugar ideal para que dejes volar tu imaginación y decidas cómo y con qué cuadros quieres cubrirlas. Personalmente, me encantan los cuadros grandes, muy grandes, que ocupan buena parte de la pared y que tienen algún paisaje. Como ejemplo, en la pared que hay detrás del sofá puedes colocar un cuadro que tenga la misma anchura que el sofá y que sea muy llamativo.
Si tienes el televisor colgado en la pared te recomiendo que en esa misma no pongas ningún cuadro ya que le quitaría atención a la tele, así que si quieres poner alguno lo mejor es que sea pequeño. Si tienes alguna pared más libre puedes optar por colocar dos o tres cuadros grandes que formen alguna composición que tenga algún significado para ti y tu familia.