No solemos acordarnos de ella, pero la fachada tiene un papel muy importante en nuestro hogar. De hecho, es lo primero que vemos al llegar a casa. Sin embargo, al estar continuamente expuesta a las condiciones climatológicas (lluvia, viento, calor…), se estropea fácilmente. Por eso, cada cierto tiempo hay que hacerle un lavado de cara, y ya no solo por cuestiones estéticas, sino porque la pintura en mal estado puede provocar consecuencias como grietas, filtraciones o desprendimientos. Aunque siempre podrás contratar los servicios de un profesional, si vives en una casa unifamiliar es algo que podrás hacer tú mismo.
Si la fachada de tu hogar muestra signos de desgaste, como astillas de pintura o descamación o, simplemente, te apetece cambiar su aspecto, te recomendamos que estés muy atento a lo que te contamos a continuación, ya que vamos a darte algunos consejos para pintarla. ¿Nos acompañas?
Escoger la pintura adecuada
Para tener éxito en esta importante tarea, es esencial que escojas la pintura adecuada. Lo ideal es que te decantes por las pinturas acrílicas, que son muy fáciles de aplicar (ofrecen hasta 8 años de duración); las de hidropliolite, de gran resistencia y adherencia (ofrecen hasta 12 años de duración); o las de siloxane, ideales para climas extremos y húmedos (ofrecen hasta 15 años de duración). Para escoger, te recomendamos que tengas en cuenta el estado de tu fachada, la climatología del lugar en el que se encuentra la casa y las características de la pintura en cuestión, es decir, el nivel de cubrición, rendimiento y adherencia que ofrece. Para calcular la cantidad de pintura, deberás tomar medidas de las paredes, multiplicando la base por la altura para obtener los metros cuadrados. Por supuesto, también deberás hacerte con las herramientas que necesitas para pintar la fachada: rodillo, brocha, pincel, escurridor, cubeta, escalera…
Preparar la superficie
Una vez tengas todo lo necesario para pintar tu fachada, podrás ponerte manos a la obra. Eso sí, debes saber que, antes de pintar, tendrás que preparar la superficie. Así, es importante que compruebes si la fachada tiene problemas para, así, solucionarlos: aplicar masilla en orificios, grietas y fisuras; quitar el salitre; quitar la pintura antigua; nivelar; retirar los restos de moho… Además, debes limpiarla para eliminar cualquier tipo de suciedad. De lo contrario, la pintura no se adherirá. Por supuesto, deberás esperar a que la pared esté seca para limpiarla. Si utilizas una máquina de agua a presión (una herramienta muy útil, ya que ablanda las manchas y facilita su limpieza), tendrás que esperar unas dos semanas para que la fachada esté completamente seca. Por otra parte, queremos recomendarte que no pintes en días de lluvia, mucho calor o viento, ya que la capa superficial podía cuartearse.
Cómo pintar
Cuando la fachada esté seca, podrás comenzar a pintar. Eso sí, antes de ponerte manos a la obra con esta tarea, tendrás que proteger aquellas zonas que no quieres que se pinten: número de la casa, faroles, manillas de puertas… Para ello, puedes utilizar cinta de carrocero. Cuando hayas finalizado esta tarea, podrás coger el rodillo y comenzar a pintar, teniendo en cuenta que es mejor no abarcar superficies muy grandes (lo ideal es dibujar “M» y rellenarlas con trazos horizontales). Eso sí, debes tener en cuenta que las capas de pintura deben ser más densas que en el interior del hogar. Lo que muchos expertos recomiendan es aplicar dos capas en paredes normales y tres en paredes porosas, esperando siempre a que la fachada esté seca para aplicar la siguiente capa.
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Hola quisiera q me asesores para pintar mis casitas en la costa q están en un solo bloque y las quiero diferenciar con colores fuertes, gracias, saludos