Hay ciudades como Dublín en las que las viviendas tienen una singularidad especial. Si has viajado alguna vez allí o has visto algún documental o fotografías sobre esta ciudad irlandesa, sabrás que las puertas principales de casa son de colores. Los irlandeses pusieron esta moda para identificar cuál era la puerta de su casa cuando volvían a altas horas de la madrugada. Pero aparte de esta costumbre irlandesa, pintar las puertas de la vivienda de colores sirve para redecorar la fachada.
Para pintar la puerta de tu vivienda primero tendrás que escoger un color. ¿Por cuál decantarse? Por ejemplo, el blanco sirve para iluminar y aportar paz y tranquilidad. Si escoges el rojo le darás un aire más moderno a la fachada, mientras que si te decantas por el color azul transmitirás la sensación de que es un hogar seguro.
Un clásico: madera pintada
Una opción mucho más clásica sería la de poner la puerta principal de madera. Pero de madera pintada. Existe una gran multitud de colores de madera para darle un toque original y muy colorido a la puerta principal de casa. Además, se trata de una moda que se ha ido extendiendo por varios países y que en España ya está muy arraigada en las urbanizaciones.
Proteger el pomo y el suelo
Antes de ponerte a pintar, deberás cubrir el pomo de la puerta con trapos o cinta de carrocero para evitar que se ensucie al pintarla. Haz lo propio en el suelo, ya que las manchas de pintura secas son difíciles de eliminar.
Como sabrás, antes de comenzar a pintar cualquier superficie es preciso limpiarla bien para evitar que los restos de polvo o de suciedad se adhieran a la pintura. Puedes hacerlo con una mezcla de cloro y agua y un paño limpio.
A continuación, coge una lija para eliminar los restos de pintura que pudieren quedar en la puerta. Y procede a pintarla. Aplica primero una capa de pintura antioxidante, lija nuevamente la puerta para eliminar impurezas y dale otra mano de la pintura que hayas elegido.