Las alfombras pueden cambiar completamente el aspecto de una estancia. De hecho, son un elemento decorativo muy eficaz, capaz de vestir cualquier espacio con elegancia, transmitir sensación de calidez, aislar térmicamente y delimitar los espacios. Deberás escogerlas dependiendo del uso que quieras darles y del presupuesto que tengas. Lógicamente, las acrílicas, de nailon o de propileno son más asequibles, pero si quieres darle un aire exclusivo a cualquier ambiente, deberás apostar por las que están tejidas con fibras naturales, que son más valiosas. Entre ellas encontramos las persas que, al parecer, ya existían 500 años antes de nuestra era. Eso sí, no fue hasta que la cultura persa floreció, que las alfombras es convirtieron en elementos decorativos imprescindibles.
Según los investigadores, las alfombras persas llegaron a Europa en el siglo XIII. De hecho, podemos observarlas en pinturas de reconocidos artistas de la época. Con el paso del tiempo siguen siendo elementos decorativos muy exclusivos. Si quieres incorporar una de estas alfombras a tu hogar, te recomendamos que estés muy atento a lo que te contamos a continuación, ya que vamos a darte algunos prácticos consejos. ¿Nos acompañas?
Cómo diferenciarlas
Antes de darte las claves para decorar con alfombras persas, queremos darte las claves para que las diferencies del resto. Así, es importante que tengas en cuenta que aunque en sus orígenes los persas usaban insectos y restos vegetales para su confección, hoy en día están confeccionadas con lana de oveja, seda y algodón. En este sentido, debes saber que la lana y la seda sobre todo se usan para el terciopelo, mientras que la trama suele ser de algodón. En las más antiguas, también se empleaban hilos de oro, plata o seda. En cuanto al nudo, es asimétrico y sencillo. Por otra parte, debes saber que dependiendo de la zona, los motivos pueden ser diferentes: sencillas figuras geométricas, rombos en el centro, diseños de cachemira… Respecto a los colores, los más comunes son los terrosos como el ocre, el rojo y los pardos. También debes saber que, al estar anudadas a mano, no tienen las medidas estándar de las alfombras. De hecho, cada alfombra persa es una pieza única.
Ideales para diferentes estilos decorativos
A pesar de ser piezas clásicas, las alfombras persas encajan muy bien en ambientes de diferentes estilos: minimalista, clásico, moderno, vanguardista… Eso sí, debes saber que hoy en día está de moda incorporar este tipo de alfombras en estancias de estilo nórdico, ya que en espacios donde predominan los colores neutros, estos elementos decorativos resaltan todavía más. Además, ya sabes que el estilo nordetnic, que es el que mezcla la decoración escandinava con elementos étnicos, es tendencia en estos momentos. Por otro lado, debes saber que al ser oscuras y recargadas, quedan mejor en ambientes blancos y con mucha luz. Además, es preferible que las tapicerías del espacio sean lisas.
Mejor en suelos de madera
Por otra parte, queremos comentar que las alfombras persas resaltan más en suelos de madera, especialmente de madera clara. Eso sí, también pueden ser ideales para pisos de mármol. También es importante que tengas en cuenta que dependiendo de los muebles y las paredes que vayan a estar sobre y alrededor de la alfombra, el resultado puede ser más o menos favorecedor. Si quieres que la alfombra destaque, entonces lo ideal es apostar por piezas y colores neutros, aunque es mejor que no se trate de tonalidades muy similares a la de este elemento decorativo. De hecho, a la hora de escoger la alfombra persa tendrás que huir del formalismo excesivo, ya que si sus tonos son muy parecidos a los de la decoración del resto de la estancia, perderá todo su encanto. Por último, queremos comentar que es preferible que quede un borde de algunos centímetros del suelo original para crear ese contraste tan necesario.
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