La búsqueda de la calidad es una constante en la elección de los muebles para amueblar el hogar. Sin embargo, este factor siempre debe medirse en relación con el precio. Quizá quieras hacer una inversión para vestir la vivienda con una decoración definitiva o, por el contrario, se trate de un periodo temporal. ¿Qué factores indican que un mueble es de calidad?
1. Una estructura estable
Es importante que el diseño sea atractivo más allá de la primera impresión. En ocasiones ocurre que un modelo es aparentemente ideal, sin embargo, presenta algunas imperfecciones en su base. Por ejemplo, es posible que cada uno de sus lados no muestre un buen equilibrio. Es positivo que el mueble no se tambalee. El movimiento se nota con especial facilidad en sillas, escritorios, mesitas de noche o estanterías de pie. Sin embargo, es una imperfección que resta calidad a cualquier otro formato.
2. Grosor de los tableros principales
Para evaluar la calidad de un mueble es importante observarlo en su totalidad. Más allá de sus puertas o cajones, existe un aspecto que puede pasar más desapercibido: el tablero que enmarca el fondo o cada lado. Pues bien, una composición excesivamente fina pone de manifiesto la fragilidad de la pieza.
3. Material resistente
La calidad se identifica con el nivel de duración. Un diseño que posee una larga vida está elaborado en un material resistente. Por ello, es uno de los aspectos que puedes consultar antes de tomar la determinación de comprar un modelo u otro. Por ejemplo, un diseño de madera maciza se caracteriza por su duración. En el mercado existen diferentes tipos de madera que muestran precios variados. Y puedes poner en perspectiva la inversión inicial en relación con el periodo de tiempo que vas a utilizar los productos.
Es recomendable que el material sea resistente ante el impacto de posibles golpes. Una superficie frágil pronto muestra la huella de cualquier arañazo.
4. Conexión entre las diferentes piezas
Un buen mueble está integrado por diferentes apartados. Sin embargo, se percibe como una auténtica unidad porque todos los elementos están perfectamente conectados. Existe una continuidad visual en la suma de cada una de las piezas. No se perciben pequeñas imperfecciones en la unión de algunos componentes de la estructura. En definitiva, es un diseño que presenta un excelente acabado exterior e interior.
5. Estética
Un mueble de calidad tiene algo que hace que sea diferente, es decir, posee un diseño cuidado. Es un modelo que unifica la belleza visual con la funcionalidad del producto. Su presencia en una estancia eleva la decoración desde una perspectiva general. Un producto con un acabado excelente merece ser un punto focal porque tiene algún detalle original. Por ejemplo, el frente posee una ornamentación bonita.
6. Facilidad de movimiento de puertas y cajones
La calidad de un mueble se percibe de forma presencial. Y es aconsejable hacer diferentes comprobaciones. La firmeza de las patas o de la base es clave para que la estructura se mantenga en una posición estable. Del mismo modo, si el diseño posee puertas o cajones, deben poder abrirse y cerrarse con la máxima comodidad. El propio movimiento puede mostrar las posibles carencias.
En ocasiones, un producto transmite un alto nivel de calidad en apariencia. Sin embargo, esta no es tan evidente cuando es analizada por un experto. Por ello, es recomendable que como cliente de un establecimiento consultes el asesoramiento del profesional que trabaja en la tienda. De este modo, podrá orientarte de manera personalizada para encontrar un producto que se ajuste a las características y el nivel de calidad que necesitas. Pues bien, también puedes consultar información sobre el proceso de elaboración.