Es un problema más frecuente de lo que parece el encontrarse con cerraduras que se atascan. Sucede sobre todo con puertas que se utilizan poco como bien pueden ser las de segundas viviendas o las de los patios. La solución es sencilla: vaselina, aceite, grafito o parafina pueden bastarnos para desatascar el cajetín.
Las cerraduras se suelen atascar por culpa de la falta de engrase. Lo que se suele hacer en ese caso es desmontar el cajetín para engrasarlo con aceite o vaselina con la ayuda de un pincel. Sin embargo, el grafito es una buena alternativa, pues los líquidos grasos se pueden atascar de nuevo por culpa del polvo.
El grafito es sólido y se emplea en eje, engranajes y bisagras. No retiene el polvo y es muy resistente y durable. Es de color gris oscuro aunque tiene un brillo metálico. Se suele vender en recipientes que cuentan con un aplicador que se puede colocar en la ranura de la cerradura para tal objetivo. Es importante leer detenidamente las instrucciones de uso y las posibles contraindicaciones para no llevarnos una sorpresa desagradable.