El dormitorio es una de las estancias más importantes de la casa ya que allí pasarás muchas horas de descanso, vitales para poder afrontar el día siguiente con las energías suficientes. La cama es el elemento central del dormitorio, y no solo su estructura y colchón es muy importante sino que la ropa con la que la vestirás también lo es. La ropa de cama te dejará dormir o peor gracias a sus características y al momento del año, así que tienes que fijarte en muchas cosas más allá de su diseño.
Lo primero que tienes que hacer es saber el tamaño exacto que necesitas para cada elemento. Por ejemplo, si la cama es de 1,50, las sábanas tendrán que ser en ese tamaño, pero la funda nórdica tendrá que ser una talla por encima ya que llevará el relleno y necesitará más espacio para que pueda caer bien sobre los lados de la cama. Para una colcha en verano, podrá ser de la misma medida que las sábanas ya que no llevará relleno.
El tejido de las sábanas también es muy importante, y deberás variarlo en función de la época del año. Las de algodón te valdrán para todo el año, aunque hay otros materiales más específicos para cada estación. Por ejemplo, el raso va genial en verano ya que es un tejido muy fresquito, mientras que para el invierno la mejor opción es la franela ya que mantendrá una temperatura calentita.
En cuanto al diseño, lo ideal es que pueda combinar con el resto de tejidos que tengas en el dormitorio, como por ejemplo las cortinas o alfombras. Con las sábanas suele ser difícil ya que tendrás muchos juegos y tampoco es bueno que todos tengan los mismos colores ya que sería aburrido, pero las fundas nórdicas sí que te valdrán para complementar la decoración. Lo mejor es tener un par de fundas para verano y otro par para invierno.