Una de las zonas donde más vivimos la Navidad es, sin duda, el salón. Ahí nos reunimos con nuestros familiares y amigos, ahí tienen lugar los momentos más mágicos y, en definitiva, ahí es donde pasamos la mayor parte del tiempo. Por eso su decoración es tan importante.
El salón suele ser un espacio abierto que da mucho juego a la hora de decorar pues no sólo acepta objetos decorativos diversos, también es ideal para disponer el árbol de Navidad y experimentar con las luces.
Acogedor y festivo
Es una definición perfecta para lo que tiene que ser un salón en estas fechas, pues es el lugar más festivo habido y por haber. A la hora de decorar tu salón piensa en el estilo que quieres darle. Puedes optar por una decoración desenfada y divertida, enfocada a los más pequeños y de inspiración norteamericana, o por una decoración más festiva y elegante.
Los colores son básicos, tanto en un caso como en otro. Si optas por el verde, blanco y rojo te inspirarás en Santa Claus y si optas por tonos metalizados combinados con ocres conseguirás un aspecto mucho más sobrio.
En tu salón no puede faltar un buen árbol de Navidad con bolas y coronado con una estrella fugaz. Tampoco olvides la típica planta de Navidad, sus colores llenarán el espacio. Apuesta por objetos decorativos, como coronas de flores secas, velas y luces navideñas que, en lugar de estar en el árbol, pueden rodear una estantería, por ejemplo, o el zócalo del suelo.
Los textiles pueden ser de mucha ayuda, unos cojines en raso o telas brillantes, acordes con el estilo que hayas escogido y unas cortinas a juego darán un toque especial a la estancia. Decora con algún objeto de madera representativo, como una estrella o un pino, y deja que la Navidad lo invada todo.