Cómo decorar con muebles dorados

La mejor manera de poner en nuestra casa un toque elegante y chic es, sin duda, incorporar los muebles dorados a la decoración. Son lujosos, brillantes y exhalan glamour por todos sus poros. Eso sí, hay que saber emplearlos. Llenar la casa con estas piezas sólo lograría dar al traste con la elegancia.

Más bien, hemos de aprender a utilizarlos con mesura para lograr el efecto deseado: que llamen la atención de forma moderada. En definitiva, que pongan la nota sofisticada que buscamos, pero sin excesos que estropeen el resultado. En el post de hoy te damos todas las claves.

Huir del exceso, una garantía de éxito

El fin del post de hoy es ofreceros algunos consejos para emplear estos muebles a la hora de crear vuestro propio interiorismo. De esta manera, el dorado abandona ese matiz festivo que parece tener, dejamos de emplearlo sólo en Navidad, y le damos un carácter cotidiano. Es decir, lo hacemos nuestro.

Para ello, hemos de introducir los muebles dorados de una forma prudente. No se trata de poner piezas y piezas que brillen al unísono, sino más bien de lograr un toque de luz y sofisticación allí donde se necesite.

Dónde y cómo combinarlo

Pero, ¿dónde podemos usarlo? Pues si tradicionalmente el dorado aparecía en los complementos, como marcos de cuadros, espejos, adornos, etc., ahora os animo a que lo utilicéis también en los muebles. El mercado ofrece una gran selección de piezas doradas. Sin ir más lejos, Portobello Street tiene toda una colección. Cómodas, mesas auxiliares, consolas, aparadores… hasta muebles de lavabo para el baño.

Otro aspecto importante es cómo combinarlo con otros colores. Para acertar hay que tener claras ciertas premisas: si habéis incorporado una o dos piezas doradas en un salón, elegid después colores neutros y sobrios. El blanco roto, el negro o el gris potenciarán la elegancia del ambiente. También irán bien los colores naturales como los beige, los cremas y los marrones. Y si queréis un ambiente más exótico, podéis combinar el dorado con tonos vivos como los rosas, los naranjas o los morados.