En nuestro hogar tenemos un montón de textiles que podemos utilizar en la decoración o como otros elementos importantes, como pueden ser las sábanas, las cortinas, las toallas o las fundas de cualquier sofá. Todo ello debe cuidarse con mucho esmero y cariño para que duren el máximo tiempo posible y así sacarles un mayor partido.
Trucos muy útiles
Con el paso del tiempo he ido recopilando una serie de trucos para que los textiles se conserven mucho mejor, consejos que siempre dan las madres y las abuelas y cosas que también he ido descubriendo yo misma. ¡Espero que os sirvan!
– Es imprescindible que siempre laves por separado la ropa de color y la ropa blanca. Si por equivocación has mezclado las prendas y ahora las tienes desteñidas, hierve agua con hojas de laurel y cuando esté bien caliente retírala del fuego y mete ahí la ropa blanca. Déjala durante hora y media y vuelve a lavarla, esta vez solo con ropa blanca.
– Si tienes prendas amarillentas pon un chorrito de aguarrás y otro de alcohol en la lavadora antes del centrifugado, verás que recuperan su color original.
– Si tienes que lavar ropa delicada y te has quedado sin el jabón especial, prueba a poner en su lugar champú para bebés, verás que queda muy suave. También puedes echar un chorrito de vinagre para que la suavidad dure más tiempo.
– Las prendas de color siempre tienden a desteñir con el paso del tiempo, pero hay algún truquito para que eso no pase. Antes de lavarla haz un prelavado y añade un buen puñado de sal y déjala a remojo durante 10 minutos. Después lávala como siempre.
– La ropa blanca debes lavarla dos veces para que quede mucho mejor, especialmente si está muy sucia. En el primer lavado echa un poco de lejía en la lavadora, además del jabón. En el segundo, cuando sea el último enjuague échale un chorrito de agua oxigenada y que actúe durante un cuarto de hora.
– Si planchar las sábanas te resulta engorroso y tienes secadora, dóblalas antes e meterlas y verás que cuando salgan no tienen arrugas. Parece magia.
– Cuando termines de planchar una prenda no la cuelgues en el momento ya que se puede deformar, ni tampoco la guardes ya que puede coger mal olor. Déjala extendida en la cama o en una mesa y recógela al menos media horita después.