Es muy importante que los más pequeños disfruten de un espacio infantil dónde tener sus juguetes y poder disfrutar de jugar sin preocuparse por los adultos. También, para los adultos, es muy importante intentar mantener los espacios comunes lo más «adultos» posibles para no tener así sensación de que perdemos nuestro espacio.
Como siempre, a veces es difícil conseguir esto en espacios reducidos o, incluso, en espacios grandes, pues cuando los niños son pequeños queremos poder tenerlos cerca y vigilarlos. Un espacio de juegos es básico y puede crearse tanto en una habitación como en una pequeña zona del comedor o el salón.
Espacios compartidos
A los niños hay que vigilarlos siempre pero, es cierto que, cuanto más pequeños son, más nos preocupamos. Unos niños de entre 7 y 12 años pueden jugar tranquilamente en sus habitaciones, dónde es más fácil crear espacios para juegos, pero si son más pequeños muchas veces todas sus cosas acaban rondando por toda la casa.
Para mantener los espacios comunes compartidos es importante buscar un rincón que los pequeños asuman como propio, con algunos de sus juguetes y una zona delimitada, por una alfombra por ejemplo. Lo bueno de este espacio es que puede trasladarse a diferente estancias pero siempre volver a su origen. Así la zona de juegos estará donde estemos nosotros pero siempre tendrá un rincón donde recogerse.
Un espacio propio
A medida que los pequeños crecen es importante que tenga un espacio propio donde jugar y relacionarse con otros niños. Muchas veces el lugar más práctico es su propia habitación pero, si en la habitación también es donde hacen los deberes, es bueno que tenga un espacio dedicado exclusivamente al juego.
No todas las casas disponen de este espacio por lo que es una buena idea crear un espacio cerrado en la misma habitación si no hay más opción. Con una tienda india, por ejemplo, se puede generar ese espacio cerrado, aunque pequeño, donde puedan jugar, desarrollar su imaginación y tener sus pequeños secretos.