El concepto de punto focal se utiliza en interiorismo para determinar esa zona de una habitación a la que nuestra mirada se dirige en un primer golpe de vista. El punto focal en cualquier estancia deberá integrarse de manera armónica y en equilibrio con el resto de la decoración porque, aunque sea lo que destaque frente a todo lo demás, no debe hacerlo por estar aislado del estilo decorativo global. Vamos a ver cómo establecer estos puntos focales en tu casa, habitación por habitación…
Punto focal en el dormitorio
Generalmente, el punto focal en un dormitorio es la cama, principalmente por su tamaño y ubicación. Por eso, es aconsejable vestirla de una manera especial con un bonito edredón, unos cojines muy originales o lo que se te ocurra, ya que será hacia el primer objeto que la vista se dirija al entrar. O bien hacerla brillar gracias a algún cabecero original. El armario también se puede convertir en un punto focal, y para que destaque tienes un montón de posibilidades como empapelar las puertas, pintarlas, ponerles un vinilo…
En el salón
En un salón crear un punto focal puede abrir más las posibilidades ya que se pueden introducir más elementos. Podría ser, por ejemplo, un gran espejo en una pared, una chimenea en el centro de la estancia, un sofá de diseño, un gran ventanal con vistas al exterior… Si la habitación no tiene unas medidas cuadradas exactas, aquello que quieras resaltar, por ejemplo, el sofá, lo pondrás en la pared más larga. Si pones encima un gran cuadro o un espejo llamarás todavía más la atención sobre esa zona.
La cocina
Una isla en el centro de una cocina puede ser un magnífico punto focal. Pero, si no dispones de espacio para colocarla, tranquilo, puedes crearlo de otras muchas formas: con unos trapos con estampados maravillosos colgados de una pared, un cuadro vintage o un gran reloj.
Estilo y equilibrio
Si por cómo está diseñada tu casa o una estancia en concreto no tiene elementos arquitectónicos especialmente reseñables, si no tienes chimenea o grandes ventanales, se trata de que tú mismo, a través de la decoración, seas capaz de crear ese punto focal. Cuando lo hayas conseguido, la habitación en cuestión proporcionará, al entrar, una imagen de equilibrio y uniformidad, con un estilo marcado que, además de por todo el resto de la casa, irá muy determinado por lo que hayas puesto como punto focal. Ese objeto predominante será el que marque un poco la personalidad que tendrá todo lo demás. Y no tiene por qué ser excesivamente grande u ostentoso, lo importante es que sea especial.
Punto focal en las paredes
Otra manera de crear puntos focales es con detalles en las paredes, bien con algún dibujo pintado sobre ellas, un vinilo, un toque de color que resalte un montón, unas fotos colocadas de forma original o unos cuadros llamativos, cualquier complemento que se te ocurra…
Armarios, estanterías y vitrinas
Un bonito armario, unas estanterías que en lugar de muchos libros amontonados se nutran de velas, fotografías o elementos decorativos especiales y originales, una vitrina que deje ver una fantástica vajilla en su interior… Son formas de crear otros puntos focales haciendo uso de diferentes elementos decorativos. Sobre todo pongas lo que pongas que no sea en una esquina escondida de la habitación, que esté a la vista y pueda llegarle la máxima luz posible.
Las texturas
También es posible crear puntos focales a través de las texturas, con materiales con mucho carácter y que hagan que todas las miradas se dirijan hacia ellos. Grandes alfombras de pelo, una manta de lana o cualquier cosa que se te pueda ocurrir que haga que la habitación brille con luz propia.