Las planchas de escayola se utilizan principalmente para levantar tabiques, gracias a las cuales puedes dividir una estancia en varios espacios, crear nuevos rincones o redistribuir tu vivienda. Es una solución sencilla y rápida ya que los tabiques se pueden levantar fácilmente, aunque tienen un inconveniente que es su acabado, ya que si no se retoca puede resultar un poco tosco. Hay dos opciones principales, que son pintar la superficie de manera que combine con la decoración o bien alicatar la pared de escayola siguiendo unos sencillos pasos.
Lo primero a tener en cuenta es el material de agarre que se va a utilizar en el alicatado. Debe ser flexible, compatible con el soporte y que garantice el total agarre de los azulejos. El proceso de alicatado en paredes de escayola es similar al de cualquier otra superficie y se recomienda que se haga después de que el tabique se haya secado completamente y de haberle puesto una solución impermeabilizante que servirá para proteger el tabique en caso de alguna fuga de agua. Puede parecer una obra engorrosa pero el resultado es muy favorable.
Aunque los marcos de los tabiques deben ser del mismo grosor que los paneles, el espesor de ambos debe ser igual a la suma del espesor del tabique más la del azulejo más cinco milímetros., o al menos eso es lo que recomiendan los expertos. Las planchas de yeso ofrecen varias posibilidades respecto al alicatado, ya que además de trabajar con ellas como tabiques independientes se pueden colocar sobre paredes con azulejos sin necesidad de retirarlos. Para ello hay que pegar los paneles al alicatado y conseguir paredes lisas sobre las que se puede pintar o volver a colocar los azulejos. Esto acelera la renovación del alicatado aunque para ello las planchas no deben ser muy gruesas.