Pintar las paredes, escoger los muebles, distribuir telas y adornos… En eso consiste la decoración. Si os fijáis, todos y cada uno de estos elementos conllevan una característica común que será lo primero que percibamos al entrar en una habitación: el color. Los colores y sus combinaciones serán en gran medida los responsables de que nuestra casa sea un remanso de paz y un ejercicio de estilo, o por el contrario, que se convierta en un caos chirriante que nos estrese o en un aburrido entorno.
Vivir en un ambiente relajado es bueno para la salud del cuerpo y del alma. Por eso, me gustaría explicaros algunas combinaciones de colores perfectas para conseguir la deseada armonía. Y con los tonos de moda para la temporada.
Azul navy y crema
Este azul (que, digámoslo de una vez, es el marino de toda la vida al que ahora los “gurús” de la decoración llaman navy) profundo y cálido es ideal para decorar las estancias de forma que se conviertan en ambientes acogedores. Como es un color muy oscuro, le viene bien combinarlo con tonos claros. El contraste con el blanco es quizás demasiado “marinero”, y para que nuestra habitación no parezca el camarote de Popeye, es buena idea utilizar un elegante tono crema para hacer contraste. Que es precisamente lo que se ha hecho en esta cocina.
Arena y blanco roto
Es la combinación más romantica e intemporal, perfecta para un dormitorio. Las paredes en color arena, en este caso que tira ligeramente a un verde seco empolvado, quedan perfectas combinadas con textiles blancos y ocres, y techos y carpinterías en blanco roto. Este tono, que los anglosajones conocen como egg-shell, puede lograrse añadiendo a un bote de pintura blanca unas gotitas de tinte ocre… Y una o dos de tinte negro.
Blanco y turquesa
Nos encanta el turquesa. Este color no pasa de moda y es sinónimo de agua, piedras preciosas, profundidad, luz de verano… El turquesa, sin embargo, es un color muy excesivo y brillante, y para lograr un ambiente relajado incorporándolo lo mejor es combinarlo con blanco, a secas. Los cuadros de tema marino que aparecen en el ambiente de la derecha son puro chill-out, e invitan a relajarse con un libro en la mullida butaca, ¿verdad?
Lavanda y chocolate
Es la apuesta más atrevida de las que os he mostrado, y aporta un toque cálidamente colonial. Las maderas oscuras en una habitación con paredes lavanda quedan perfectas y conducen a la mente a la meditación, pero también sirven para fomentar la armonía entre personas y la conversación. Una estera de algas sobre el suelo y algunos muebles blancos serán el complemento perfecto.