¿Estás pensando en reformar tu cocina? ¡Pues ármate de paciencia! Y no creas que solo lo decimos por las obras, que en esta estancia suelen ser largas y tediosas, sino porque tendrás que tomar muchísimas decisiones: dimensiones, estilo decorativo, materiales, iluminación… Por supuesto, también deberás decidir los colores que van a primar en la estancia, teniendo en cuenta que todos tienen su propia personalidad. Por eso, antes de escoger, deberás pensar bien en qué es lo que quieres conseguir de este espacio de tu hogar: calidez, luminosidad, amplitud visual, modernidad…
Si quieres seguir las tendencias del momento sin arriesgarte a que tu cocina quede anticuada en poco tiempo, una excelente idea es optar por el blanco. De hecho, se trata de uno de los colores más utilizados para decorar esta zona del hogar, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta todas sus ventajas. Eso sí, también es importante tener en cuenta que las cocinas blancas también tienen sus contras. Para que puedas tomar una decisión acertada, hoy vamos a contarte cuáles son las ventajas y los inconvenientes de escoger el blanco para decorar la cocina. ¿Te gustaría acompañarnos?
Ventajas
Una de las principales ventajas de decantarse por el blanco para decorar la cocina es que se trata de un color que nunca pasa de moda, lo que quiere decir que podrás disfrutar de un espacio actual a pesar de que pasen los años y las tendencias cambien. Pero más allá de la atemporalidad del blanco, hay otros beneficios que también hay que tener en cuenta. Por ejemplo, debes saber que este color te ayudará a ampliar el espacio visualmente. Por tanto, es perfecto para cocinas con pocos metros cuadrados, que suelen ser las más habituales hoy en día. De la misma manera, también es el color perfecto para estancias con poca luz natural, ya que aporta luminosidad. Por supuesto, también es ideal para estancias que sí reciban luz natural. Y es que la luminosidad aporta un plus decorativo en esta estancia.
Otra ventaja a tener en cuenta es que el blanco es un color muy versátil, que no solo combina con el resto de colores de la paleta cromática, sino que es la base ideal para cualquier estilo decorativo. Así, encajará perfectamente en cocinas modernas, rústicas, nórdicas, clásicas, minimalistas… Además, no hay que olvidar que puede emplearse en cualquier elemento de la estancia: paredes, suelos, techos, muebles, textiles, electrodomésticos, objetos decorativos…
Inconvenientes
Como has visto, son muchas las ventajas de las cocinas blancas. Eso sí, como todos los colores, el blanco también tiene su contras. Por ejemplo, es importante tener en cuenta que si se abusa de él se pueden crear atmósferas demasiado frías, algo poco adecuado para la cocina, una estancia en la que se debe buscar la calidez y una sensación acogedora. Por otra parte, para muchos el blanco puede resultar tremendamente aburrido. Lo bueno es que ambos problemas se pueden solucionar añadiendo pinceladas en otras tonalidades a través de los textiles, los pequeños electrodomésticos, los accesorios…
Por supuesto, también hay que tener en consideración que la suciedad, las marcas y las manchas se notan más en el blanco que en otros colores. Por eso, si eres de los que utiliza muy a menudo tu cocina, deberás limpiarla a fondo más seguido. Para reducir este problema es buena idea escoger materiales lisos y firmes para los armarios y decantarse por paredes lisas y en materiales más fáciles de limpiar. En este sentido, lo ideal son las baldosas, aunque también puedes optar por pinturas plásticas o acrílicas.