Para delimitar espacios, para destacar elementos de la decoración, para lograr una atmósfera acogedora y cálida… La iluminación artificial es imprescindible en cualquier rincón de la casa y cumple con diferentes funciones, dependiendo del tipo de lámpara y del ambiente en cuestión.
Además de iluminar, las lámparas también cumplen con una finalidad puramente estética. Se trata de la iluminación decorativa. ¿Sabes en qué consiste? ¿Quieres descubrir cómo utilizarla? Hoy en Decorablog te explicamos las claves de la iluminación decorativa.
Planificar y distribuir los puntos de luz
El primer paso será planificar la habitación para distribuir las distintas fuentes de luz que vamos a colocar. Para ello, te recomendamos dibujar un plano colocando cada uno de los distintos elementos de tu estancia, como puertas, ventanas, muebles, cuadros, etc. No te olvides de ningún detalle. En este sentido, también es importante definir los diferentes ambientes que tienes en la habitación, como un rincón de lectura, la zona de comedor…
Luz directa y luz difusa
Cuando tengas todos los ambientes y elementos distribuidos, es el momento de ubicar los distintos puntos de luz. En este sentido, destacan dos tipos diferentes de luz: directa y difusa.
La iluminación direccional es la que se concentra sobre un punto concreto o superficie. Mientras que la difusa se distribuye de manera uniforme por toda la habitación, logrando contrastes suaves y una atmósfera más calida y acogedora.
Lo ideal es combinar estos dos tipos de luz para conseguir un equilibrio lumínico perfecto. Y por supuesto, no sobrecargues con demasiadas fuentes de luz tu habitación, ya que puedes lograr el efecto contrario y provocar fatiga.
Los colores y la luz
En la iluminación decorativa, los colores también son muy importantes. Esto es porque los colores oscuros absorben la luz, por lo que necesitaremos más puntos de luz en estancias decoradas con tonos oscuros.
Por regla general conviene utilizar cinco puntos de luz en nuestra estancia o, si el espacio no lo permite, un mínimo de dos: una iluminación general y otra funcional. En otras palabras, una iluminación general y difusa que se distribuya uniformemente por todo el espacio y otros puntos de luz funcionales que se concentren en un determinado punto.
¿Dónde colocar las lámparas en cada habitación?
Si tienes techos altos, aprovecha la altura de la habitación con lámparas que apunten hacia arriba para destacar este espacio. En tu zona de trabajo, coloca la lámpara en el extremo opuesto al que trabajas para eliminar sombras. Si eres diestro dirige el foco desde la izquierda y si eres zurdo desde la derecha.
Si colocas lámparas a diferentes niveles de altura crearás una atmósfera más dinámica y al mismo tiempo cálida. Esto es tan fácil como combinar lámparas de techo con lámparas de pie, de sobremesa y apliques.
Para sacar partido a todos esos elementos decorativos de la habitación como molduras, cuadros o marcos de fotos, nada mejor que utilizar focos de luz dirigida.
La zona del televisor es otro ambiente importante. Lo ideal es colocar luces cerca o detrás de la televisión para suavizar los contrastes. Así no forzaremos tanto la vista cuando estemos viendo una película.
Para suavizar las fuentes de luz demasiado fuertes que a veces pueden provocar cansancio y molestias se recomienda utilizar luces difusas. Esto es tan sencillo como colocar apliques dirigidos hacia la pared. Así, al combinar una luz muy fuerte con otra difusa conseguimos el equilibrio perfecto, ya que restamos protagonismo a la luz más intensa.
¿Y en el cuarto de baño o en el tocador? Este es otro espacio de la casa especialmente complicado al iluminar. En Decorablog te recomendamos colocar puntos de luz a ambos lados del espejo para ver el rostro sin ninguna sombra. Es decir, tal y como suelen hacer en los camerinos de los artistas.