Las ventanas son muy importantes en el inmueble, a través de ellas entra la luz del día. Su presencia en el salón, la cocina o el dormitorio es muy valorada. Sin embargo, la falta de iluminación natural también puede percibirse, en ocasiones, en otros puntos concretos de la vivienda. Por ejemplo, en el baño. Tener un cuarto con ventana ofrece múltiples ventajas. Comentamos algunas de ellas a continuación.
1. La ventana forma parte de la propia decoración
Planificar la reforma de un baño es un proyecto que describe el paso a paso para dar forma a la composición final. La ventana queda perfectamente enmarcada en la estancia. Y, por tanto, forma parte del contexto. Puede convertirse en el elemento diferencial.
2. Aporta una perspectiva
Antes de transformar el look de una estancia, es necesario analizar sus características y propiedades. El mobiliario, los azulejos, los complementos y los sanitarios incrementan la funcionalidad y la estética de un cuarto que, con frecuencia, tiene pocos metros cuadrados.
Sin embargo, incluso cuando el lugar está vacío, cuenta con un ingrediente que llama la atención por sí mismo: la ventana. De este modo, ofrece una perspectiva que puede ser clave para planificar la distribución de los elementos. La ventana es un bello punto focal, especialmente, si se perciben unas vistas bonitas.
3. Sensación de amplitud
La ventana, por sí misma, no incrementa los metros cuadrados que se enmarcan en el entorno. Y, sin embargo, crea una conexión con el exterior. Produce una sensación de continuidad entre el interior y el paisaje. Es un elemento tan valorado que, junto con otros factores añadidos, puede incrementar el precio de una vivienda.
La decisión final que toma un comprador en la elección de un inmueble parte de una perspectiva integral. Realiza un balance general para seleccionar una propiedad que se ajuste a sus necesidades y expectativas. La ventana en el baño hace que este parezca más grande.
4. Ahorro energético
Aprovechar la luz natural durante el día es un objetivo esencial en toda la casa para reducir el gasto de la factura. Un baño con ventana cuenta con las características deseadas para realizar un uso eficiente de este recurso. Y, por tanto, propicia el ahorro a largo plazo. En un mismo espacio es posible encontrar factores que limitan el número de posibilidades del proceso creativo, pero también fortalezas a destacar. Y la luz natural es un claro ejemplo de ello.
La ventana crea un contacto con el exterior. Una conexión que es clave para ventilar la estancia. De este modo, el aire se renueva en el interior. Y la rutina de ventilar debe mantenerse durante todo el año.
5. Una decoración más bonita
La ventana, como hemos comentado anteriormente, forma parte de la propia decoración del lugar. Pero, además, también hace que cada detalle se muestre en su mejor versión. Aporta la claridad suficiente para observar los detalles que forman parte de la composición final. Además, la propia ventana puede complementarse con la elección de una cortina que dé intimidad y privacidad.
En ocasiones, este es uno de los inconvenientes que se presenta a simple vista en un baño con ventana: la aparente pérdida de intimidad. Sin embargo, existen soluciones decorativas que permiten disfrutar de los beneficios de la luz natural, sin renunciar a la tan necesaria privacidad. Existen cristales decorativos que cumplen con esta funcionalidad.
Tener un baño con ventana es un objetivo muy valorado. No solo transforma la estancia, sino que incrementa el valor del inmueble. La luz natural es clave para potenciar el encanto de la decoración. De este modo, se perciben con más nitidez los contrastes y otros matices. ¿Qué otros puntos positivos quieres poner en valor?