La decoración de otoño muestra el valor que el contexto estacional tiene en la vivienda. Es un periodo del año que ofrece múltiples posibilidades a nivel decorativo. Los textiles juegan un papel esencial en la planificación del entorno. Sin embargo, existen errores que conviene evitar en la práctica.
1. Colores muy apagados
Los tonos tierra son representativos del último periodo del año. Son tonalidades que se perciben directamente en el paisaje y pueden trasladarse al interior de la vivienda. Sin embargo, es recomendable combinar este esquema cromático con el blanco, el beige, el verde o el rosa. Durante el otoño se produce el cambio de hora y esta circunstancia temporal también tiene su reflejo en la vivienda. Es decir, es positivo utilizar una combinación de colores que ilumine el salón desde dentro.
2. Exceso de cojines en el sofá o en la cama
Los cojines consiguen transformar el look de las estancias más cálidas del hogar. Presenten múltiples colores, formas y estampados. El campo de opciones es tan extenso que la elección final puede ser compleja. Sin embargo, existe un error que conviene evitar en una decoración práctica: una composición de cojines integrada por bastantes piezas puede resultar muy vistosa desde el punto de vista estético.
Sin embargo, es recomendable que la redecoración del entorno también contemple la funcionalidad de cada espacio. Por este motivo, es mejor evitar este error decorativo que hace que el mantenimiento del orden sea más complejo. Por otra parte, son conjuntos que ocupan demasiado espacio en estancias medianas o pequeñas.
3. Una base poco flexible: el otoño es un tiempo de transición
Con frecuencia, el otoño presenta cambios significativos a lo largo de la misma estación. Representa un tiempo de transición entre el final del verano y la temporada invernal. Septiembre, octubre, noviembre y diciembre muestran variaciones significativas en el paisaje y en la temperatura. Por este motivo, es recomendable que la base de la decoración otoñal sea flexible para adaptarse a los cambios. De este modo, el entorno ofrece las características deseadas para implementar las novedades adecuadas en cada periodo del calendario.
4. Una decoración recargada y poco práctica
El hogar se vive y se redescubre desde otro ángulo durante el otoño. Es en este momento cuando el tiempo en casa se integra con una mayor presencia en la rutina. Los amantes de la decoración suelen hacer cambios para dar calidez a su hogar y crear una atmósfera agradable. Sin embargo, un diseño bonito no es sinónimo de una composición recargada. Pero es posible caer en la trampa de este error estético.
Así sucede cuando el propietario del inmueble actualiza el salón, el recibidor o el dormitorio con múltiples detalles nuevos. La decoración emocional es positiva y significativa. Pero conviene selecciona con detenimiento aquellos elementos decorativos que tienen un valor afectivo. Un exceso de matices no es sinónimo de una mayor personalización o de un hogar muy vivido. Cada pieza tiene su sentido cuando existe una decoración consciente que se alinea con las necesidades personales.
5. Estampados que no combinan entre sí y producen ruido visual
Los textiles son los verdaderos protagonistas del otoño, por ello, los estampados se integran en el paisaje interior del hogar. Los cuadros vuelven cada año con la llegada de esta estación. Pero existen otras composiciones que dan calidez al hogar: las flores en formato grande o pequeño, los motivos naturales y las formas geométricas. Combinar más de un estampado es tendencia. Pero es recomendable que, a pesar de sus diferencias, tengan algún elemento en común.
Por tanto, el otoño te ofrece el entorno ideal para descubrir nuevas oportunidades en la decoración de tu hogar.