La madera es uno de los materiales más frecuentes en el mobiliario de una casa por la belleza estética que aporta al conjunto. Sin embargo, tras la realización de una reforma, el estado de la vivienda no se conserva eternamente en ese mismo estado de renovación, sino que la huella del paso de los años también produce su efecto sobre la superficie del interiorismo. Es por ello que el lenguaje de la decoración también está reforzado por la propia responsabilidad en el cuidado y conservación de los productos que componen el mapa del hogar. ¿Cómo puedes mimar los muebles de madera para que luzcan impecables después de un tiempo?
Cuidado con la exposición solar
Al analizar la distribución del mobiliario en el interior de una estancia es recomendable mirar más allá del espacio disponible para estudiar cuáles son los focos de iluminación natural. No solo para aprovechar este potencial lumínimo, sino también para colocar los muebles de madera de tal forma que evites el contacto directo con el sol. De lo contrario, este hecho puede producir que por medio de la repetición diaria de esta situación, la madera pierda su tonalidad original a través de un desgaste progresivo.
Cuidado con la aplicación del calor sobre el mueble
La madera puede estar presente en la mesa de comedor, por ejemplo. Lugar de reunión por excelencia y de conversación familiar. Este mueble es de uso frecuente y cotidiano. Y precisamente existen gestos sencillos que repetidos día tras día pueden imprimir un daño en su esencia. Por ejemplo, la resistencia de la madera se debilita a partir de su exposición a temperaturas elevadas por medio de la aplicación directa de fuentes de calor.
Por ello, cuando preparas la mesa para comer, es recomendable que comiences esta rutina colocando un mantel que refuerza la protección.
De este modo, si algún líquido se derrama de forma inesperada sobre la mesa, el producto no entra en contacto directo con la madera. Por esta misma razón, una encimera de madera en la cocina es muy atractiva a nivel visual, sin embargo, también es una decisión que conviene valorar con sus pros y sus contras.
Temperatura de la casa
Desde el punto de vista ambiental, conviene puntualizar que la madera también está condicionada por el dato de la temperatura con la que la calefacción calienta en invierno la casa. Es recomendable evitar los cambios bruscos manteniendo una norma constante en torno a veinte grados aproximadamente.
Ventila la casa
Otra de las rutinas indispensables es ventilar la casa cada día para que el aire del interior se renueve por medio de este gesto que conviene mantener durante todas las estaciones del año. Gracias a ello, es posible prevenir la aparición de humedades en la estancia. Como consecuencia de la aparición de la humedad, la madera puede cambiar su color perdiendo calidad visual. El problema irá en aumento si no se trata en su fase inicial atendiendo a las necesidades propias de cada caso descritas a través de un diagnóstico de la situación.
Errores de limpieza o mantenimiento
A veces, el daño de la madera es también el resultado de la acción humana como ocurre cuando una persona no lee con detenimiento la información sobre las indicaciones de uso de un producto o cuando elige una opción equivocada para la madera. Un error habitual es aplicar una cantidad excesiva del producto en la limpieza creyendo que este incremento cuantitativo repercute en el mejor cuidado del mueble a tratar.
Por tanto, aunque la madera es un material elegante y de mucha calidad, conviene puntualizar que su mantenimiento también requiere de una constancia en los cuidados diarios. De lo contrario, la belleza propia de este producto pierde su color y su luz.