Ahora que estamos inmersos plenamente en el invierno, es cuando más valoramos los sistemas de calefacción en el hogar. Y, dependiendo del tipo de casa en la que vivamos, podremos elegir un sistema u otro. Hoy quería hablaros de las chimeneas, un elemento más propio de las casas unifamiliares y de los chalets que de los pisos.
Pero hoy, concretamente, no quería hablaros de las chimeneas al uso adosadas a la pared y con una embocadura revestida de piedra u otros materiales. Quería hablaros de las chimeneas metálicas, de hierro fundido o acero, y contaros cuáles son las ventajas que ofrecen.
Nuevos y sorprendentes diseños
Para empezar, las chimeneas de hierro fundido, por ejemplo, han revolucionado el diseño de este tipo de elementos. La chimenea de toda la vida se queda antigua si la comparamos con los nuevos modelos metálicos, entre los que destacan las chimeneas exentas. Estas suelen instalarse en el centro de salones amplios, permitiendo una distribución óptima del calor y una visión del fuego por todos sus lados. Así, el romanticismo de ver crepitar el fuego en la chimenea no desaparece, sino que se potencia.
Otra ventaja de las chimeneas metálicas es su versatilidad. Así, encontraréis diseños para todos los ambientes, desde las más clásicas hasta las más vanguardistas, pasando por las rústicas, perfectas para el campo.
Para toda la vida
La resistencia de estas chimeneas es otro de sus grandes alicientes. El hierro fundido, por ejemplo, es muy resistente, con lo que se evitan roturas. Además, no requieren de ningún mantenimiento especial.
Por último, otra de sus grandes ventajas es que el hierro es un material muy eficiente, desde un punto de vista calórico, por lo que estas chimeneas continúan irradiando calor después de apagadas. Por todas estas razones, elegir una chimenea metálica se convierte en una alternativa a tener en cuenta.