Los arquitectos de Silberstein han completado la que podría ser una de las mejores casas que hemos visto en mucho tiempo, no solamente por su arquitectura decorativa y los interiores con acabados de gran calidad, sino por la ubicación en la que se encuentra. Se trata de una magnifica vivienda en la isla de Bonaire, situada en el sur del mar Caribe, frente a la costa occidental de Venezuela.
Por fuera el diseño moderno de la fachada delantera contrasta con el estilo medieval de la parte posterior, la estructura se encuentra rodeada de agua por los cuatro costados, por lo que solamente se puede acceder a ella por mar. Los propietarios tienen un yate que aparcan justo delante de la entrada decorada con un pequeño jardín con varias palmeras. La tranquilidad es suprema.
Los interiores destacan por los grandes espacios, paredes de piedra se combinan con techos de madera de roble, proporcionando una calidez combinada con una decoración original en varios colores, como sofás en amarillo y cojines de color naranja. El aspecto visual es muy importante y le otorga un gran atractivo. Las vistas que proyectan las ventanas también son una verdadera maravilla.
