Con la llegada del buen tiempo apetecen días de mar y playa. Todavía quedan meses por delante en los que disfrutaremos de estos momentos espectaculares. Y para ir abriendo boca nos vamos a trasladar hasta la playa de Malibú, en California (Estados Unidos).
Un entorno idílico, de película, donde encontramos esta casa de fin de semana construida sobre la arena y las olas. Impacta su diseño interior pero su exterior nos enamora. Sobre todo esas espectaculares vistas al mar. ¿Quieres conocerla con más detalle? Te la presentamos a continuación.
Una ubicación perfecta
Esta casa cuenta con una ubicación increíble, puesto que está al final de un largo tramo abierto de la playa y tiene vistas desde tres de sus lados. Desde sus terrazas o desde las habitaciones principales, gracias a los grandes ventanales, es posible disfrutar de un paisaje playero excepcional.
Los espacios principales
Los espacios principales de esta vivienda playera se abren hacia el mar a través de las paredes de cristal y unas extensas cubiertas. Esto hace posible que el interior y el exterior se encuentren siempre conectados y el mar se introduzca en esta casa de vacaciones perfecta para disfrutar de un fin de semana en la playa.
El diseño de esta casa de vacaciones
El diseño de esta vivienda nos evoca a los yates y las grandes máquinas marinas. Parece como si el suelo hubiera sido levantado sobre las olas del mar. La estructura angular de la casa permite que las fachadas, totalmente acristaladas, nos ofrezcan estas vistas tan bonitas hacia el mar. Esta diagonal también refuerza el voladizo y crea una tensión en la composición, como si flotara sobre el oleaje.
Además, está situada en un espacio inusual, ya que se encuentra al final de una hilera de casas adyacentes y, por lo tanto, tiene tres fachadas visibles. Para sus creadores era muy importante que la vivienda se pudiera contemplar por todos lados, dejando la zona de la calle más privada y protegida. Las ventanas sirven para reflejar el movimiento del mar.
La decoración interior: el salón
Una vez dentro, observamos un salón amplio y abierto, con los suelos de madera y la pared de piedra, con una mesa de cristal y una zona de sofás y sillones donde vemos una chimenea. Todo ello siempre, como decimos, con vistas hacia al mar gracias a las ventanas que van de pared a pared y de suelo a techo. Esta estancia conecta con una terraza exterior.
La parte de arriba
Subiendo por unas escaleras de madera sobre una pared de piedra y con barandilla acristalada llegamos a la zona de los dormitorios, igualmente abierta hacia el exterior, diáfana y muy acogedora gracias al uso de de textiles en tonos blancos y beiges con ciertas concesiones al azul del mar.
El dormitorio y el baño
De esta zona privada destaca la unión entre el dormitorio y el cuarto de baño, que quedan divididos por un tabique central que permite que ambos espacios estén conectados pero claramente diferenciados. El resultado es increíble, ya que la bañera y los lavabos están integrados en el dormitorio pero ambos lugares quedan visualmente separados con esta pared central.
Galería fotográfica
Ahora te dejo con las fotografías de Mark Dziewulski que nos ayudan a hacernos una idea de cómo se articula esta vivienda que parece emerger de las olas del mar y adentrarse en la arena. Su diseño la convierte en una casa muy especial, sobre todo debido a la apertura hacia el exterior gracias a sus ventanales y terrazas. Un lugar en el que disfrutar de unas merecidas vacaciones, ¿no te parece?