La corriente de la prisa es una característica habitual en la sociedad actual, sin embargo, ante esta tónica de la inmediatez también surgen nuevas respuestas alineadas con la búsqueda del bienestar humano visto desde su conexión con el presente. En el contexto específico de la decoración de interiores nace el slow design. La verdadera felicidad no nace de la acumulación de cosas materiales sino del disfrute de experiencias. ¿Cuáles son las características de esta filosofía que aporta una vivencia de alegría al habitar el hogar? A continuación, describimos esta tendencia que está en crecimiento.
Orden de prioridades
Al comenzar con un plan de reforma en casa siempre es importante partir de cuál es el orden de prioridades en relación con la meta a seguir. En este caso en concreto, el fin pricnipal de este tipo de propuesta es fomentar la ilusión de la persona. La decoración es un medio, un instrumento al servicio del bienestar.
Tu casa es uno de los lugares preferidos de tu vida.
Es ese lugar de desconexión y descanso. Ese lugar en el que, a veces, sientes que se detiene el tiempo. ¿Transmite la narrativa visual de la decoración de tu hogar este elogio a la sencillez? Sin duda, la máxima prioridad en un hogar que sigue esta tendencia de alimentar la presencia consciente es la promoción del bienestar.
Un nuevo punto de vista
La realidad de la decoración no solo puede observarse desde la mirada de la atención al punto exterior, sino también desde el punto de vista de quien observa en su interior. La actitud optimista es importante en este tipo de enfoque decorativo puesto que cada decisión dentro del conjunto no nace del azar o de la casualidad. La improvisación no forma parte de un plan que crece sobre la base del humanismo. Por ejemplo, es recomendable que cada uno tenga un espacio propio en el hogar.
Este enfoque de decoración es la manifestación de un estilo de vida que tiene valor integral. Es decir, la persona también puede adoptar esta mirada slow hacia los cambios planteados en otros ámbitos de su existencia. Por ejemplo, la alimentación consciente.
Búsqueda de lo atemporal
En relación con esa sensación habitual de prisa observable en el estilo de vida moderno surge el efecto del paso del tiempo que deja su huella no solo en las personas, sino también en el estado de las cosas. Esta tendencia slow design apuesta por la búsqueda de la atemporalidad en los elementos de interiorismo con el fin de que ese hogar evolucione en paralelo con quienes viven en él. Es la mirada a largo plazo la que motiva las decisiones principales en una casa que sigue este esquema decorativo.
Productos artesanales
Este movimiento lento aplicado a la decoración del hogar también pone en valor una vuelta a los orígenes para reconocer el trabajo realizado por los profesionales que elaboran productos para el hogar de manera artesanal. Un proceso de fabricación que imprime en cada producto la esencia única de una creación diferente. El lado positivo de esta fórmula de interiorismo es que puede integrarse perfectamente a través de detalles simples en cualquier tipo de espacio. Fomentar el hábito de decorar un lugar con flores es un ejemplo gráfico de esta tendencia slow que se alimenta del poder de lo natural.
Por tanto, una de las tendencias en auge en el ámbito de la decoración queda representada por este término en crecimiento: slow design. Una nueva manera de posicionarte ante la decoración de tu hogar puesto que puedes observar en las características de ese lugar un espejo de tu propia felicidad.