Las bombillas incandescentes tradicionales dejarán de fabricarse en 2012. Desde hace unos años lo que se lleva es el bajo consumo, y este sólo es posible lograrlo con bombillas de bajo consumo, de fluorescencia, de LED (diodo) y de ahorro de energía (bombillas halógenas de alta luminosidad).
Concretamente hoy quiero hablaros de las dos opciones que están teniendo más éxito: las de bajo consumo y las LED.
Dos buenas alternativas
Las bombillas de bajo consumo (lámparas fluorescentes compactas) te permiten ahorra hasta un 80% de energía. Además, no emiten calor y tienen una vida útil de 8.000 a 15.000 horas. Funcionan de forma similar a las lámparas fluorescentes de tubo pero han sido diseñadas para ocupar el hueco que hasta ahora ha pertenecido a las obsoletas bombillas incandescentes.
La otra opción, la de la bombilla LED, no es menos recomendable. La luz es emitida por un diodo y es posible lograr distintos efectos y tonos de luz mezclando colores básicos como el rojo, el verde y el azul. Lo mejor de todo es que ofrece muchas ventajas:
– Fácil instalación
– Capacidad de iluminar zonas con más efecto
– Mayor seguridad al manejar bajo voltaje
– Bajo consumo (90% de ahorro de energía)
– Posibilidad de producir varios colores de una misma lámpara (RGB)
– Resistente a impactos y vibraciones
– No contamina, no emite rayos infrarrojos ni ultravioletas y es reciclable
– Sólo emite luz visible
– No existe filamento
– Costes de mantenimiento y reposición muy bajos
Ya sabéis, si queréis ahorrar en la factura de la luz y hacer un favor al medio ambiente sólo tenéis que decantaros por las bombillas de bajo consumo y las bombillas LED. Os recomiendo adquirirlas a través de la página web de Lumaio, un especialista en el sector de la iluminación que desde 1971 ofrece los mejores productos a sus clientes.