La decoración de una casa es la suma de muchos aspectos. Desde mi punto de vista, lo que se respira en el hogar es vital para conseguir el mejor ambiente posible, y debemos tenerlo en cuenta como parte fundamental de la decoración de una casa. Nos fijamos en los muebles, la organización de los espacios, los colores y las formas. Pero, ¿qué sucede con las sensaciones? ¿Incluso con la salud de la que gozamos, o perdemos, dentro de casa? Una buena ventilación es imprescindible para tener ese ambiente renovado, agradable, fresco, e incluso sirve para cuidar nuestra salud. Por eso, hoy me gustaría hablarte sobre ello para que conozcas cómo hacerlo correctamente y los beneficios que ello conlleva. ¿Me acompañas?
Principales recomendaciones
Es importante que ventiles todos los días, es mejor hacerlo por la mañana ya que durante la noche, al dormir, emanamos CO2 nada beneficioso y que habrá que eliminar dejando que se renueve el aire. También para que se vaya la humedad condensada. Deja abiertas las ventanas durante media hora y lo habrás conseguido. Está bien que coloques ambientadores o introduzcas aromas en tu hogar para que huela bien, pero eso sólo enmascarará la sensación que produce el aire que no se ha renovado. Así que primero, y siempre, ventila y luego, si quieres, aromatiza.
Ventilación natural
Es la ventilación que debemos hacer diariamente aprovechando los elementos arquitectónicos que tenga la vivienda, es decir, puertas y ventanas. Que corra el aire libremente por casa; debes hacerlo tanto en invierno como en verano.
Ventilación cruzada
La ventilación cruzada es aquella que conseguimos hacer a través de corrientes, con dos ventanas enfrentadas, por ejemplo, para que el aire transcurra en ambas direcciones. Es la manera más rápida de renovar el ambiente, que se refresque de forma eficaz y logremos respirar más pureza y sentirnos mucho mejor.
Ventilación forzada
La ventilación forzada es la que se produce a través de elementos como extractores del baño o la campana de la cocina, y también con el efecto chimenea, cuando el aire frío baja y el caliente sube. Esto se puede conseguir si se tiene, por ejemplo, una ventana abierta en una planta baja y una chimenea, de manera que el aire frío entraría por la ventana y el caliente saldría por el conducto de la chimenea.
Problemas de una mala ventilación
El aire estancado y no renovado puede acarrear problemas como pérdida de energía, humedades, sobrecalentamiento… La condensación que se va acumulando si no ventilas se puede agarrar a las paredes de casa y es cuando surgen humedades e incluso un olor desagradable. Es importante, para evitar todo esto, que también ventiles el baño y la cocina para evitar las condensaciones de vapor que se producen en estas estancias cuando cocinas o cuando te duchas.
Cuidar la salud
Pero una inadecuada ventilación puede traer, asimismo, complicaciones para la salud, tales como afecciones respiratorias, estrés, anoxia, falta de oxígeno, que no es grave pero es incómoda, entre otros. Si la ventilación se hace bien, disminuye la acumulación del humo que produce el tabaco, por ejemplo, por lo que si vives en casa con fumadores debes tener esto mucho más presente si cabe. Si no ventilas bien dejarás que por tu casa campen a sus anchas gases emanados por calentadores, secadoras y demás elementos, y eso puede desembocar en la aparición de dolores de cabeza, irritaciones de garganta y nariz… Igualmente con los ácaros del polvo, pelos de mascotas… Todo ello contribuye a que aparezca asma y si ventilas tus habitaciones harás que su presencia se diluya y, por tanto, respirarás y te sentirás mucho mejor.
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