Situado en la isla de Lilla Essingen, en Estocolmo, este apartamento es amplio, cómodo y disfruta de unas vistas espectaculares sobre los canales. Una vivienda cómoda con un marcado acento escandinavo. La decoración liviana y nada recargada, y con el color blanco como estandarte, delata su localización sueca.
Tiene tres dormitorios y casi 830 metros cuadrados, por lo que puede considerarse un gran apartamento, sobre todo si lo comparamos con las casas habituales de nuestro país (en ese caso, podríamos decir de este apartamento sueco que es todo un palacio). En cualquier caso, la decoración es sencilla, ligera y muy tranquila.
Ambiente limpio y puro
Los espacios luminosos y blancos, la sencillez de estructuras y superficies, lo diáfano de los interiores… Todo contribuye a conseguir un plus de serenidad en este apartamento especial. El amplio salón se separa de la cocina por un pilar central que hace las veces de organizador de ambientes. Así, las diferentes zonas están unidas, pero separadas a la vez.
En lo que respecta a la decoración, tendremos que hablar del dominio absoluto del blanco. No es sólo el telón de fondo, sino que manda también en los muebles y elementos. No sólo son blancas las paredes y el techo, sino también el sofá, la ropa de cama, el cuarto de los niños… El blanco es el hilo conductor y el protagonista indiscutible. Los toques de color son, más bien, escasos.
De cara al exterior
La cocina está decorada con un estilo industrial definido por el acero inoxidable, que está presente en los electrodomésticos, en los muebles y en la encimera. El grifo, de corte profesional, también contribuye a aumentar el efecto de cocina industrial.
Uno de los espacios más especiales del apartamento es, sin duda, la terraza. El salón y la zona del comedor se abren a ella a través de una gran cristalera que incorpora las vistas al interior, y que inunda de luz natural cada rincón de la casa (algo muy valorado en estas sombrías latitudes).