Viajamos hasta Italia para visitar la granja Felderhof, en Villanders. Concretamente, conocemos la ampliación llevada a cabo en esta vivienda y que corrió a cargo de Pavol Mikolajcak. El joven propietario que adquirió esta granja era consciente, desde el principio, de su naturaleza única. Y así ha quedado revelado en el resultado final del proyecto.
El conjunto consta de dos estructuras uniformes y se construyó ligeramente desplazado, de acuerdo con el perfil de la ladera. A continuación te lo cuento todo con más detalle.
Una casa en la ladera
Esta vivienda es un excelente ejemplo de una granja típica de las laderas del valle de Eisack. La casa con el techo de tejas de piedra y el cobertizo, con su impresionante techo de paja, son representaciones auténticas de cómo era la vida en una época anterior.
Cómo se proyectó la reforma de este lugar
En lugar de reconstruir la casa de inmediato, el propietario decidió mudarse primero y dedicar un tiempo a aclimatarse al lugar. Esto se convirtió en un período de dos años durante el que se tomó la decisión de conservar la casa en su forma original. El propietario también determinó que el cobertizo debería mantener su función primigenia de albergar animales.
La vida moderna tenía que estar presente
No obstante, era necesario incorporar algunos aspectos más actuales, siempre buscando un equilibrio entre la autenticidad histórica y la vida moderna. De este modo, la tercera estructura que se incorporó no alteró el conjunto de la casa / cobertizo. Al mismo tiempo, se construyó una unidad funcional entre el área de la vivienda anterior y la extensión.
La topografía de la parcela
La topografía del lugar suponía toda una oportunidad para diseñar nuevas zonas bajo tierra. El nuevo edificio fue concebido para unir directamente la sala de estar de la casa existente debajo del terreno orientado hacia el oeste, conectando lo viejo y lo nuevo.
La estructura resultante se extiende en forma de ladrillo de este a oeste y en el lado de la pendiente está casi completamente oculta dentro del paisaje de montaña. Solo dos tragaluces nos avisan de que esta parte de la casa se encuentra aquí. Hacia el sur vemos un marco de hormigón que se abre al suelo y la larga fachada acristalada que permite disfrutar de unas vistas increíbles hacia el valle.
Espacios amplios y luminosos
Y precisamente gracias a esta fachada la sala de estar y los dormitorios gozan de una vista espectacular sobre el valle de Eisack y las altas cumbres de los Dolomitas. Los espacios abiertos, las alturas de los techos y los tragaluces crean un interesante contraste con la personalidad delicada y hermética del edificio histórico. Las claraboyas permiten que las habitaciones se llenen de luz natural. Una escalera conecta el edificio antiguo con el nuevo, y la zona del garaje con la vivienda. Es la representación de esa unión entre la historia y la modernidad.
Los materiales utilizados
Todos los materiales empleados en la casa expresan también esta idea y se ajustan al paisaje que la rodea. La piedra natural, el hormigón visto, el acero y la madera fueron los elegidos. El techo geométrico imita al contorno de la cima que removida durante la construcción.
Galería de fotos
Ahora, gracias a las fotografías Oskar Da Riz vamos a poder ver cómo la extensión de esta granja pone de manifiesto de qué forma un edificio histórico puede ser complementado por un componente residencial moderno y de alta calidad sin alterar el carácter original de la estructura. A través de esta técnica, la nueva extensión y el antiguo edificio conversan de manera especial.