Dormir bien es importante para todo el mundo, pero más especialmente para los niños, que deben recuperar la cantidad de energía gastada durante el día para rendir al máximo al día siguiente. Además, un buen descanso les ayuda a mejorar su conducta tanto en la escuela como en casa, a tener un mejor humor, a mejorar las relaciones sociales y también el rendimiento escolar.
Para que los peques de la casa duerman plácidamente las horas recomendadas hay que escoger un buen colchón. Por eso, hoy queremos contarte cómo debe ser el colchón de un niño.
Dependiendo de la edad
A la hora de escoger un colchón para tu hijo es muy importante que tengas en cuenta su edad. Si se trata de un bebé (hasta los 2 años de edad), tendrás que escoger un modelo que aporte firmeza y que sea resistente, duro, transpirable e hipoalergénico. Para los niños de 2 a 9 años, se recomiendan colchones que les permitan moverse libremente y que sean de firmeza alta con adaptabilidad media. Para los niños de 9 años en adelante, es mejor optar por colchones de gran firmeza.
Materiales más recomendables
Como sabes, en el mercado es posible encontrar colchones de diferentes materiales. Lo que nosotros te recomendamos es que no apuestes por los diseños de látex, ya que no ofrecen la firmeza que los peques necesitan, ni tampoco por los de espuma, que son duros, calurosos y poco transpirables. En cambio, los de muelles son recomendables, ya que ofrecen una gran transpiración.
En cuanto a los colchones viscoelásticos, tienen la ventaja de que ofrecen una mayor durabilidad y adaptabilidad. Eso sí, es importante escogerlos con una alto grado de firmeza. Además, debes saber que el colchón no debe superar los 4 cm de viscoelástico hasta que el niño no pase de los 8 años.
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