Vivimos en un mundo digital, siempre rodeados de tecnología. Una sociedad estresante y competitiva que nos impone un ritmo de vida frenético, casi sin tiempo para nosotros mismos. Así que, con semejante estilo de vida, disfrutar del momento presente y ser conscientes de nuestro entorno, de lo que nos rodea, puede parecer un reto bastante inalcanzable.
Esto es precisamente lo que nos propone el movimiento slow. En otras palabras, tomarse las cosas con más calma y aprender a disfrutar del momento actual. ¿Te apuntas? Para conseguirlo, el primer paso es aplicar esta filosofía a la decoración de nuestra casa con el denominado Slow Design. En este artículo te damos las claves para conseguirlo.
Colores luminosos y serenos
Al hablar de Slow Design nos referimos a un hogar relajado, sereno y personal en el que nos sintamos realmente a gusto. Para ello, el primer aspecto que debemos tener en cuenta es la teoría del color.
Los tonos claros y neutros aportan luminosidad y calma, lo que contribuye a lograr espacios relajados que transmiten serenidad. Por el contrario, los colores oscuros absorben la luz y el calor, así que las habitaciones parecen más pequeñas, calurosas y oscuras de lo que realmente son.
En este sentido, lo ideal es lograr un cierto equilibrio cromático que nos permita conseguir la atmósfera adecuada. Para ayudarte, utiliza la regla del 60-30-10. Es decir, escoge tres colores que deberás distribuir en la decoración de tu casa. Reserva el 60% de la superficie para el color dominante, que deberá ser claro y luminoso. El 30% para una tonalidad más intensa que aporte contrastes. Y, por último, el 10% se puede reservar para introducir pequeños toques de color que alegren el espacio para evitar que la decoración resulte demasiado sobria o aburrida.
Paredes y techos de luminoso blanco, mobiliario en cálidos tonos tierra y toques de color a cargo de textiles o de plantas. Distribuye como quieras todos estos detalles cromáticos en busca de la atmósfera perfecta.
Diseño orgánico
Según los expertos en diseño y decoración, las formas que nos rodean también influyen en nuestro estado de ánimo. Este es el caso de las formas redondeadas que resultan más suaves y acogedoras, ya que nos envuelven con sus sutiles curvas. Por el contrario, los diseños con ángulos rectos son más agresivos.
Por ello, en Decorablog te recomendamos combinar ambos tipos de diseños con el fin de conseguir ese efecto slow que tanto necesitamos en una casa relajada que nos invite a hacer de nuestra vivienda un verdadero hogar.
Materiales naturales
Y tan importante como el diseño es la calidad de los materiales utilizados. Cuando se trata de decorar una casa serena, lo ideal es apostar por materiales naturales que hagan referencia a la naturaleza.
Así que opta por la cálida y elegante madera noble que nos permite conseguir interiores más acogedores. En cuanto a tejidos, nada mejor que las fibras naturales como el algodón y la lana. Sin olvidarnos de las fibras vegetales que además están muy de moda: el ratán, el mimbre, el sisal, el coco, etc.
Rodéate de plantas
Y hablando de naturaleza, otra forma de decorar una casa slow que transmita bienestar es con ayuda de las plantas y flores naturales. Nada refresca y alegra mejor la decoración que las plantas. Cactus, frondosas plantas de gran tamaño, flores colgantes, etc.
Recuerdos y fotografías
El broche final viene a cargo de los detalles personales como regalos, recuerdos de las últimas vacaciones o fotografías de nuestros seres queridos. Rodearnos de tesoros con valor sentimental, contribuye a personalizar la casa, logrando así un poderoso efecto emocional que nos alegra y nos hace sentir bien.
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