Las cortinas son esos elementos decorativos que proporcionan mucha calidez a las habitaciones. Parece que una casa no está realmente “vestida” si le faltan cortinas; son esos textiles que, además de intimidad, aportan un toque mucho más acogedor a cualquier estancia.
Hoy vamos a ver distintas ideas para que puedas colgarlas de la forma que más te guste. Cuentas con varios sistemas para ello, te explicamos los principales para que después decidas cuál te convence más. El tipo de cortina que escojas también determinará cómo ponerla. Vamos a verlo con más detalle.
Cortinas con ojal
Se trata de pasar la barra de la cortina a través de unos ojales. Estos pueden ir tal cual, abiertos en la tela, o también le puedes añadir unas anillas. Este sistema permite descolgarlas con más facilidad ya que no tendrás que desmontar la barra, sino que bastará con soltar las anillas.
Cortinas con ollaos
Este es otro sistema que trabaja con ojales pero la terminación es diferente, ya que incorpora unos embellecedores metálicos que permiten un deslizamiento cómodo de la tela a través de la barra de la cortina. Queda muy bien de esta forma, ¿no te parece? Ideales para cortinas largas y robustas.
Trabillas
La cortina incluye unas trabillas que son del mismo material y estampado que la tela principal y que van sujetas a la barra. Este sistema no se desliza con demasiada facilidad, ya que entre la tela y la barra se crea una fricción incómoda. No obstante, si quieres aligerar visualmente el espacio te van a quedar muy bien.
Colgar visillos
Si en lugar de una cortina vas a colocar un visillo existen unas barras más finas diseñadas especialmente para sujetarlos. Están pensadas sobre todo para ventanas pequeñas como las de la cocina o el cuarto de baño. Son unas varillas que se ponen en el propio marco de la ventana. Se pueden sujetar con tornillos, pegadas o por presión ejercida en los dos laterales del marco en cuestión. Habitualmente encontrarás modelos extensibles para que se puedan amoldar a las dimensiones de tu ventana. Los visillos se sujetan en los dobladillos, no hace falta usar ganchos ni anillas. Eso sí, lo recomendable es colgar cortinas muy ligeras.
Cortinas fruncidas
Si quieres darle caída a tus cortinas y que queden bastante rizadas el sistema de fruncido será tu elección. Hay varias maneras de hacerlo: con ojales en el dobladillo de la cortina para pasar la barra a través de este pliegue, con ganchos y anillas que se unen a la barra también desde la parte superior de la tela, o con ganchos que se ajustan a unos rieles que se ponen en la pared.
¿Barra o riel?
Además de escoger cómo colgar la cortina también deberemos decidir si la ponemos en una barra o en un riel. El riel queda más camuflado y la barra sobresale, sobre todo hacia los lados, aunque podemos añadir un extra decorativo en los extremos. Hay topes sencillos y otros mucho más elaborados.
Mi recomendación es apostar por barras sencillas y que así la cortina sea la verdadera protagonista. No obstante, si la cortina es más bien sencilla y tiene una función meramente práctica puedes darle ese extra a tu decoración con la terminación de la barra. O incluso puedes jugar con el propio material, ya que las hay de madera, de hierro, de forja, brillantes, mates… Mucho para escoger.
Los rieles pasan más desaparecidos
Los rieles se sujeten en el techo o en la pared y cuentan con un sistema de piezas que van bastante escondidas y que permiten colocar tus cortinas de una forma que pasa más desapercibida que una barra.