Uno de los productos de limpieza que no debe faltar nunca en una casa es la lejía, que se caracteriza por su gran poder desinfectante, pudiendo acabar con gérmenes, bacterias, moho, levaduras y otros microorganismos. Por si fuera poco, estamos hablando de un producto que puede eliminar manchas resistentes y devolver la blancura a paredes, objetos y tejidos.
Es importante tener en cuenta que la lejía es un producto que, además de tener un olor que a muchos resulta desagradable, puede llegar a ser perjudicial, ya que puede provocar problemas respiratorios. Por eso, te recomendamos seguir los siguientes consejos para utilizarla.
Diluye la lejía en agua
A la hora de utilizar lejía para limpiar las diferentes superficies de tu hogar, es mejor que la diluyas en agua. De esta manera, reducirás la concentración de producto, al mismo tiempo que disminuyes su impacto medioambiental. Por otro lado, es recomendable utilizar guantes para evitar quemaduras, descamación e irritaciones en la piel. Además, es mejor que no uses este producto en sitios cerrados. Por tanto, cuando vayas a utilizar lejía, procura que sea en un espacio bien ventilado.
No mezcles la lejía con otros productos
También es importante tener en cuenta que no es aconsejable mezclar la lejía con otros productos como, por ejemplo, el amoniaco, ya que se pueden producir vapores que son muy tóxicos para las vías respiratorias.
Limpiar antes de desinfectar
Por otra parte, debes saber que la lejía es un producto desinfectante, así que antes de usarla tendrás que limpiar primero las superficies y a, continuación, desinfectarlas. Eso sí, en el mercado también encontrarás lejías con detergente. Además, si te desagrada el olor a lejía, es importante que tengas en cuenta que en las tiendas también puedes encontrar desinfectantes sin lejía que tienen un efecto muy similar.
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