Qué importantes son las cerraduras y qué poco dinero invertimos en ellas. Están situadas en el punto de entrada a una casa y conviene que sean de calidad. De lo contrario corremos el riesgo de ponérselo en bandeja a los ladrones, que a decir verdad no suelen tener problemas para cumplir con sus objetivos sea como sea la cerradura elegida. Eso sí, que les cueste más y que les lleve más tiempo abrir tu puerta les puede disuadir, algo especialmente efectivo en pisos en los que hay vecinos.
El artículo de hoy no va sobre la calidad de las cerraduras. Va sobre los problemas más comunes que podemos tener con ellas. Identificarlos es muy fácil, pero resolverlos puede ser más entretenido. ¡Toma nota!
No puedo girar la llave
Si la cerradura es de las sencillas, es probable que necesite algo de lubricación. Por el contrario, si el mecanismo es combinado de apertura (llave y pomo giran a la vez), lo mejor que puedes hacer es probar de abrir buscando distintos puntos. La articulación del primer día se pierde con el paso del tiempo y es más complicado encontrar el punto exacto que permite abrir la puerta. El último recurso es el de utilizar grafito en polvo (venden espráis que van muy bien).
No puedo meter la llave
Este problema es más desesperante que el anterior si cabe. Si la llave es nueva de trinca, puede que la rebaba impida su correcta introducción. Límala y vuelve a probar (llévala al establecimiento que te hizo la copia si es necesario).
Si es una copia que ya ha funcionado en alguna ocasión, echa un vistazo al interior de la cerradura para eliminar la suciedad que podría estar impidiendo su acceso. Con una aguja, y con un pulso de primera, trata de retirar todo lo que sobra.
Otro motivo por el que puede suceder tiene que ver con el frío. Es probable que la cerradura esté helada. En ese caso, puedes acerca un mechero a la cerradura con cuidado para deshacer el hielo.
Por último, una vez más puedes recurrir al grafito en polvo, que es mano de santo.
La llave gira, pero no puedo abrir
Cuando la llave pasa bien y hace el giro pero no abre, uno se queda con cara de tonto. ¿Por qué pasa? Normalmente eso sucede cuando el mecanismo de la cerradura presenta algún defecto. Si tienes conocimientos suficientes como para repararlo hazlo. Si no te atreves o no lo ves claro, cambia toda la cerradura o llama a un cerrajero para que solucione el problema (a veces es más caro arreglar la cerradura que comprar una nueva).
La llave se ha atascado y no puedo sacarla
Tira de ella con cuidad, con mucho cuidado. Si haces palanca la puedes dejar inutilizable. Cógela con unos alicates y trata de sacarla con dulzura, moviéndola de lado a lado sin hacer movimientos bruscos.
El pestillo no hace su función
De tanto utilizarlo, puede pasar que los pasadores se hayan desalineado. No te pongas nervioso y soluciónalo como sea conveniente: lubricando con espray de polvo de granito, recolocando la pieza fijada al marco de la puerta o apretando los tornillos para que se enderece.
El pestillo está atascado
Hablamos nuevamente de una desalineación. En este caso la culpa puede ser de las bisagras. Para comprobarlo, levanta la puerta y fíjate en el desplazamiento del pasador. De esta forma sabrás si hay que corregir la posición, algo que podrás lograr moviendo las bisagras o el pestillo, lo que sea menos aparatoso.