Qué es una casa slow

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Es relajada, sostenible, confortable y, en definitiva, más saludable. Así es una casa slow, que en español podríamos traducir como una casa lenta, en el sentido de más tranquila.

Puede que para muchos de vosotros este término sea complemente nuevo. Sin embargo, se trata de una tendencia que se impone cada vez más no solo en decoración, sino también entre la sociedad. El movimiento slow nos invita a frenar nuestro intenso ritmo de vida para relajarnos. ¿Quieres saber más? Hoy en Decorablog te contamos todo sobre este movimiento y la denominada casa slow.

Las claves del movimiento slow

El movimiento slow es una especie de filosofía de vida que habla no solamente de nuestros hábitos, sino también de nuestra alimentación y del entorno doméstico.

Una corriente cultural que nos anima a relajarnos para no someternos a la tiranía del tiempo que se impone en las grandes capitales del mundo. La comida rápida, el estrés del tráfico, las prisas para no perder el metro o autobús… A diario estamos sometidos a una gran presión y a altos niveles de estrés. Un estilo de vida que afecta a nuestra salud física y mental.

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Y con este escenario nace el movimiento slow que promueve tomarnos las cosas con más calma, relajarnos y disfrutar de un estilo de vida más tranquilo. De hecho, incluso se habla de slow food, es decir, las comidas tradicionales y elaboradas con ingredientes naturales propios de cada región. En otras palabras, una vuelta a nuestros orígenes y raíces.

La filosofía slow también hace referencia al mundo de la moda, donde se apuesta por prendas sostenibles, elaboradas con materiales orgánicos, y también de segunda mano. Un comercio justo que promueve valores y étnica empresarial.

Cómo es una casa slow: relajada, sostenible y confortable

Y ahora que tenemos claro qué es el movimiento slow, vamos a explicar cómo influye esta filosofía en nuestra vivienda. Como ya hemos explicado, el movimiento slow influye en todos los aspectos de nuestra vida, tanto en nuestros hábitos como en la cocina, en el trabajo e incluso en la moda. Podría resumirse en una apuesta por la sostenibilidad, la ética y un ritmo de vida más relajado, donde lo que importa es la calidad en lugar de la cantidad.

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Si tenemos en cuenta todos estos aspectos, podemos hacernos una ligera idea de cómo sería la casa slow ideal. La decoración de este tipo de viviendas debe transmitir calma, bienestar y serenidad. Son viviendas agradables en las que podemos recargar nuestras energías y disfrutar de un merecido descanso.

Y para conseguir esta atmósfera de serenidad absoluta debemos tener en cuenta muchos aspectos, como los colores, los materiales, el diseño y la sostenibilidad. En cuanto a los colores, predominan los tonos relajados y luminosos como el blanco, los neutros suaves y los tonos tierra, que aportan calidez al conjunto.

La casa slow también es luminosa, por lo que las entradas de luz natural ocupan un lugar muy importante. Son nuestra conexión con el exterior. En cuanto a materiales, triunfan la madera noble, las fibras vegetales y los materiales reciclados. Y es que la sostenibilidad es fundamental en una casa slow que apuesta por volver a nuestros orígenes en busca de un estilo de vida más auténtico.

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Si hablamos del diseño, las formas orgánicas inspiradas en la naturaleza también son muy importantes en estos espacios. Así como la denominada tendencia raw, es decir madera en bruto. Superficies que imitan el aspecto natural de la madera y cuyos diseños están inspirados en sus verdaderas formas.

POr último, cabe destacar que las casas slow también son viviendas sencillas y poco recargadas. Ya hemos dicho antes que lo que verdaderamente importa es la calidad, en lugar de la cantidad.

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