En esta sección de Decorablog siempre nos trasladamos hasta otros países para visitar casas de ensueño. Pero hoy nos quedamos en España y nos vamos a Salobreña, en Granada, para conocer una impresionante casa con una espectacular ubicación: en un acantilado. Su tejado es ondulado y está confeccionado con tejas de zinc que imitan las escamas de un dragón.
Su exterior es espectacular pero el interior no se queda atrás. Esta construcción se amolda perfectamente a un terreno en apariencia nada cómodo para levantar una casa. A continuación descubrimos que es posible construirla en la ladera de una montaña y darle una personalidad totalmente única. ¿Te apetece comprobarlo?
La construcción de la vivienda
Esta vivienda fue construida por el estudio GilBartolome Architecture de Madrid. Sus dueños eran una joven pareja que no sabían de qué manera podían aprovechar el terreno que tenían en este acantilado granadino, con unas bonitas vistas al mar Mediterráneo; supuso todo un reto para los arquitectos Pablo Gil y Jaime Bartolomé, con su inclinación de 42 grados. El resultado no ha podido ser mejor.
Características generales
Vamos a entrar un momento en esta casa. En su interior encontramos una gran sala de estar realizada en dos niveles y en la que cabrían unas 70 personas. En planta de arriba hay tres dormitorios y un baño. Una pared corredera hace posible unir dos de estas habitaciones para crear una única más grande. Increíbles los balcones y tragaluces de la segunda planta con unas privilegiadas vistas al mar e impresionante la terraza en voladizo con una piscina que se abre desde el salón de la planta de abajo.
La disposición
Al encontrarse esta casa parcialmente enterrada se logra un beneficio en cuanto a la temperatura constante del suelo, que está sobre los 19,5 grados durante todo el año. El techo se ha diseñado a partir de una cáscara doble de hormigón y está apoyado en muros de contención espaciados por 14,5 metros el uno del otro, dejando la columna interior libre.
Los muebles
Los muebles están realizados en fibra de vidrio y poliéster de resina, y fueron diseñados utilizando un software digital, aunque hechos a mano. Según apuntan los arquitectos, esta vivienda es una muestra de que otra construcción es posible y que gracias al trabajo conjunto de todos se pueden obtener unos resultados excepcionales, siempre basados en la ilusión, el talento y el compromiso por una idea mantenido por todas las partes implicadas.
La cubierta
La estructura de la cubierta es de hormigón armado y está recubierta por unas brillantes tejas de zinc confeccionadas a mano y enlucido de yeso, que se moldean alrededor de un encofrado de malla de metal desarrollado por el ingeniero local Manuel Rojas. La estructura, parcialmente enterrada en el suelo y totalmente integrada con el paisaje, sigue la pendiente que marca el terreno. La forma de la cubierta hace posible un interior que se asemeja a una especie de cueva y que está inspirado en la obra de Gaudí, tal y como explican los propios arquitectos.
Los colores
El blanco es el color protagonista en el interior de esta vivienda, algo que le proporciona una sensación de calma y serenidad que viene acompañada por la cercanía del mar y que convierte a esta casa en un lugar muy especial.
La vivienda, en imágenes
A continuación vas a poder disfrutar de esta casa en el acantilado gracias a las imágenes de Jesús Granada que encontrarás en la galería de fotos. Comprobarás cómo esta vivienda se integra totalmente en el paisaje y se amolda a las características del terreno que, nada halagüeñas a priori, han conseguido dotar de muchísima personalidad a este proyecto arquitectónico.