Desde tiempos inmemoriales, el ser humano siempre ha deseado contemplar paisajes desde lugares privilegiados. Por eso nos encanta ir a la montaña, subimos a lo más alto de rascacielos como el Empire State o reservamos mesa en la terraza de restaurantes situados a escasos metros del mar.
Esas vistas son evocadoras, relajantes y hasta cierto punto fascinantes. Todos soñamos con tener una habitación que nos permita ver cómo amanece o cómo anochece, que nos convierta en testigos del paso del tiempo disfrutándolo minuto a minuto, como si lo pudiéramos controlar.
Sensaciones similares tienen los propietarios de las habitaciones que verás a continuación. Son completamente distintas entre sí, y algunas pertenecen a hoteles que no son precisamente baratos. Las vistas, como muchas otras cosas intangibles que nos rodean, tienen un precio muy elevado porque proporcionan recuerdos indelebles.
Vistas al mar
Si eres de los que suele pasar sus vacaciones de verano entre castillos de arena, protección solar y colchonetas inflables, seguramente te decantarías por esta opción. Una habitación con vistas al mar hace que te olvides del estrés del día a día, sobre todo si estás en una localidad relativamente tranquila y no te encuentras en el mes de agosto. Además, ver el mar tan cerca te permite disfrutar de un día de baño sin tener que coger el coche o el transporte público para desplazarte.
Vistas a la montaña
Si eres más bien de montaña, lo tuyo son las vistas que implican cierta altura. En España puedes encontrarlas en lugares como los Pirineos, donde no es difícil recorrer pueblos encantadores repletos de casas que se hacinan aprovechando todo el espacio disponible.
Puedes mirar, inspirar, soltar todo el aire y contar hasta tres. Ese ritual, repetido durante todos los días del año, es una vía de escape a los problemas. Ver un bosque plagado de árboles transmite mucha paz, al tiempo que te invita a abrir las ventanas de par en par para respirar aire puro. Y eso por no hablar de la melodía de los pájaros…
Vistas a la ciudad
Por último, si no has tenido más remedio que quedarte en la gran ciudad, puedes conformarte con un skyline de película. No está al alcance de todos los mortales, pero hay quienes pueden darse un baño relajante con ciudades como Nueva York a sus pies. Este tipo de vistas, especialmente al amanecer y de noche, son ideales para reflexionar sobre muchas cosas.
En fin, te dejo con nuestra galería de imágenes, donde encontrarás habitaciones con vistas de otro planeta.